BUENOS AIRES,  (AFP) – La Iglesia católica argentina vivió una paradoja en la década de los 70, cuando su jerarquía colaboró con la dictadura (1976/83) pero al mismo tiempo muchos laicos y sacerdotes –incluso obispos– fueron asesinados, dijo ayer el investigador Horacio Verbitsky en una entrevista con la AFP.

 «Tenemos el caso paradojal de que la jerarquía católica argentina fue el mayor cómplice en América latina de las dictaduras, pero al mismo tiempo tuvo una cantidad de bajas muy grande», recordó Verbitsky, un abogado y periodista que investigó el rol de la Iglesia durante el régimen militar.

 Destacó que entre las víctimas figuran los obispos Enrique Angelelli y Carlos Horacio Ponce de León, muertos en agosto de 1976 y julio de 1977  en sospechosos accidentes automovilísticos, pero los organismos de derechos humanos denunciaron que fueron asesinados. 

«Esto no pasó en otros países de la región» que también padecían dictaduras en esa época, dijo Verbitsky.  El investigador es  presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales, una de las organizaciones humanitarias de mayor prestigio del país, fundado en 1979, tres años después de instalada la última dictadura.  La relación entre el régimen militar y la cúpula eclesiástica volvió al tapete, con el inicio ayer del juicio a Christian Von Wernich,  primer cura que debe responder por violaciones a los derechos humanos en Argentina.