POR TEOFILO ABREU
 El Concilio de la Iglesia de Dios en la República Dominicana consideró ayer preocupantes y alarmantes los niveles de violencia social y doméstica que vive el país, que junto al narcotráfico y la corrupción perturban la paz ciudadana, y reclamó del Gobierno poner freno a esa situación.

“Nos mueve a preocupación el incremento en el tráfico y consumo de drogas, y el hecho de que los dueños de este negocio penosamente se hacen más ricos, y el Gobierno manifiesta un estado de impotencia e incapacidad para enfrentarlo”, expresa la entidad religiosa en una carta pastoral.

El reverendo Elvis Samuel Medina, obispo nacional de la Iglesia de Dios en la República Dominicana, y quien leyó el documento junto a otros ministros de esa congregación, expresó que la delincuencia social “se está comiendo la familia dominicana, y por tanto nadie se siente seguro”.

Indicó que fruto de acciones como las señaladas, existe un estado de paranoia social, producto de la delincuencia y la criminalidad, en la cual participan desde el joven de barrio hasta militares y agentes policiales, “dejando mucho que pensar en relación al futuro de nuestra patria y de las vendieras generaciones”.

“Entendemos que se requiere con urgencia que la nación se aboque a un plan educacional, mediante el cual se eduque para la paz, se rescaten los valores familiares y sociales, y podamos procurar que la identidad dominicana resurja”, expresó.

Señaló que, como iglesia, no puede dejar de resaltar el papel protagónico de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), a pesar de no contar con los recursos técnicos adecuados para combatir a los narcotraficantes.

“Es preocupante para nosotros, como evangélicos, observar la impotencia o desinterés manifestados en los últimos dos gobiernos constitucionales, y el presente gobierno, por los actos de corrupción, situación que genera crisis de confianza en las autoridades dominicanas, sin dejar de mencionar el descrédito de la sociedad hacia los partidos políticos”, explicó.

MEDIDAS

El Concilio Iglesia de Dios planteó que los funcionarios del Gobierno, antes de cualquier apresto reeleccionista, se dediquen con más urgencia a buscar soluciones a los problemas sociales, como la inseguridad ciudadana, la corrupción administrativa y la criminalidad.

También reclamó soluciones a los problemas en los sectores de la salud, energía eléctrica,educación,sistema de seguridad social y el caos en el transporte de pasajeros.

Asimismo instó que se levante un programa de educación en los niveles básico y medio, cuyo currículo establezca “educaciónpara lapaz, el rescate de nuestra identidad, la solución de conflictos sin violencia, la promoción e los valores y derechos humanos, así como enseñar a crear comunidades pacifistas”.

Sugiere además, un desarme a la población, y que sólo aquellos que en razón de su profesión, ocupación u oficio, justifiquen el porte y tenencia de arma de fuego. Se refirió alfortalecimiento de la familia mediante programas de educación para promover la paz, y abogó por la reglamentación y ejecución de la Ley 44-2000, sobre la Lectura de la Biblia en las iglesias, mientras que los templos, colegios, organizaciones no gubernamentales abran sus puertas para orar.

Junto al reverendo Medina estuvieron el doctor Raymond Culpeppe, primer asistente del Supervisor General de la Iglesia de Dios, con asiento en Cleveland y los reverendos Rafael Gómez Acevedo y Juan Antonio Encarnación.