Iglesias católicas de Higüey se mantendrán cerradas en protesta por  profanación a Basílica de La Altagracia

<P><STRONG>Iglesias católicas de Higüey se mantendrán cerradas en protesta por  profanación a Basílica de La Altagracia</STRONG></P>

HIGÜEY. La acción provocada por el joven Jorgito de la Rosa Caraballo, quien penetró  hoy a la Basílica Nuestra Señora de  la Altagracia y causó daños, provocó que el obispado suspendiera todas las actividades religiosas pautadas para este día en el templo, mientras que las demás iglesias y parroquias se mantendrán cerradas en solidaridad y protesta.

Jorgito de la Rosa Caraballo, de  24 años de edad, residente en el sector de Villa Cerro, de esta ciudad, fue apresado minutos después por una patrulla de la Policía, al momento que era conducido al Departamento de Investigaciones Criminales, (Dicrim).  Vociferaba  «Eso fue la Ira de Dios» y  «Jehová me lo ordenó», entre otras cosas.

De acuerdo con el Obispo de la Diócesis de Higüey, monseñor  Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, el hecho ocurrió a las 5:30 de la mañana, al abrir el histórico centro religioso.

El alegado enajenado mental destruyó bocinas, micrófonos, floreros, candelabros, la pila bautismal, el sillón y el púlpito del obispo, así como la bandera del Estado del Vaticano, objetos que fueron desparramados en el piso del altar mayor del templo.

Aparentemente,  De la Rosa  Caraballo trató infructuosamente de destruir el retablo donde se encuentra la imagen de la Virgen de la Altagracia, ya que rompió varias hojas de la réplica del naranjo  construido con madera preciosa, donde está incrustado.

Agentes de la Policía Científica realizaban las pesquisas en el lugar del hecho, acompañados por monseñor Peña Rodríguez y el sacerdote Evaristo Freijomil, rector de la básica de Nuestra señora de la Altagracia.

¨Creo que en todo el mundo nunca se había visto una profanación de tal magnitud a un templo histórico, que aloja a la Santísima Virgen de la Altagracia¨, expresó el obispo higüeyano.

Agregó que detrás del causante de los destrozos al altar mayor de la basílica podrían estar  grupos no católicos y se quejó por la poca vigilancia que hay en torno al templo por parte de las autoridades policiales y militares.

De acuerdo con datos ofrecidos, se estila que cuando una iglesia ha sido profanada la misma se cierra por un tiempo y luego se reabre con la celebración de una misa de desagravio.

Cientos de fieles católicos de esta ciudad se presentaron a la basílica de Nuestra señora de la Altagracia y llorosos reclamaban sanciones ejemplares  para el causante de la profanación.

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