El Consejo Interreligioso para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (CISAN) demandó del gobierno, sectores empresariales, religiosos y sociales respaldar un plan masivo de producción de alimentos, con miras a contrarrestar los augurios de hambre para 2021 y años posteriores por efecto de la pandemia del covid-19.

De igual modo sugieren al presidente Luis Abinader reconsiderar el anuncio de la no entrega de ayudas sociales para la Navidad, ya que miles de familias dominicanas no cuentan con otra alternativa para la cena de Noche Buena que no sea una ración alimenticia por parte del Estado.

Con motivo de celebrarse hoy 16 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, el CISAN, conformado por la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), la Iglesia Episcopal Dominicana (IED) y el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), llama a las comunidades religiosas, al Estado, empresariado, líderes políticos, sociedad civil y a todos los dominicanos reconocer y asumir la seguridad alimentaria como un derecho fundamental vinculado al desarrollo humano, tal como lo establece la Constitución Dominicana en sus artículos 54 y 61.

En rueda de prensa en la sede de la CED, recuerda que a inicio de la pandemia del COVID-19 nuestro país registraba una tasa de pobreza extrema oscilante entre el 5 y el 10% de la población, situación alarmantemente agravada por el incremento de la tasa de desempleo, inestabilidad económica para muchas familias y crisis sanitaria nacional.

La rueda de prensa fue encabezada por monseñor Julio César Corniel Amaro, obispo de la diócesis de Puerto Plata, en representación de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED); Pastor Eliasiano Lancen, presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), y Reverendo padre Diego Fernando Sabogar Gutiérrez, decano académico y administrativo del Centro de Estudios Teológicos de la iglesia Episcopal Dominicana.

Ante esta situación el CISAN considera imperativo continuar la búsqueda de soluciones duraderas a fin de superar la inseguridad alimentaria, sobre todo de la población más vulnerable, que clama por la caridad, solidaridad y justicia.

Estima que de poco sirven las acciones puntuales y mejoría de los indicadores nacionales de pobreza y malnutrición si no se está en la disposición de asumir responsablemente el desafío de garantizar el acceso a una alimentación suficiente, nutritiva, balanceada y sana para erradicar la inseguridad alimentaria en esta situación y en el futuro, como se plantea en el Objetivo de Desarrollo Sostenible2 – Hambre Cero.

Considera que la importancia de avanzar hoy como país para lograr el ODS2 Hambre Cero al 2030 o antes, es más urgente que nunca.

Apoyo al campo
Sostiene que una necesidad hoy es combatir el hambre, por lo que todos deben trabajar en respaldo de las acciones que conlleven el fomento de la producción de alimentos. Pero que esta producción, precisa, cuente con el apoyo oficial para disminuir los costos de producción, ya que son los campesinos quienes cargan con ese peso, con la inseguridad de los precios del mercado.