Ilegales Francia podrían ser expulsados

Ilegales Francia podrían ser expulsados

PARIS (AFP).- Hoy expira el plazo concedido por el gobierno francés a miles de familias de inmigrantes ilegales cuyos hijos estudian en el país, pero la movilización ciudadana para evitar las expulsiones de estos clandestinos va a en aumento.

Manifestaciones, apadrinamientos de familias, operaciones para esconder a alumnos extranjeros, peticiones públicas, turnos de guardia de 24 horas a partir de hoy: una parte de la sociedad francesa no está dispuesta a tolerar la nueva política inmigración aplicada por el gobierno, que goza sin embargo de un apoyo del 75% de la población.

El jueves los sindicatos pidieron al presidente, Jacques Chirac, que intervenga para evitar la “persecución” de estas familias y le sugirieron que aproveche la fiesta nacional francesa, el 14 de julio, para anunciar que las expulsiones de clandestinos cuyos hijos estudian en Francia deben cesar.

Además, instaron a las autoridades francesas a intentar regularizar a estos ilegales, en un momento en que los criterios para obtener un permiso de residencia en Francia o para favorecer la reagrupación familiar se han visto sensiblemente endurecidos por una ley del ministro de Interior, Nicolas Sarkozy.

Por su parte, los sindicatos de la educación subrayaron que “ningún niño” debe faltar a clase en septiembre, cuando comience un nuevo año escolar, y la Liga de Derechos Humanos (LDH) instó incluso a “violar la ley” para evitar estas expulsiones.

“Nuestra conciencia nos impide ser cómplices”, subrayaron en un documento políticos, artistas y escritores como el líder socialista François Hollande, el alcalde de París, Bertrand Delanoe, la cantante Jane Birkin, los actores Isabelle Adjani y Jean Pierre Bacri.

Para evitar que se aplique cualquier medida de expulsión, la Red de Educación Sin Fronteras (RESF) ha organizado un sistema de guardias a partir del 30 de junio.

En las parroquias, organizaciones sociales y sedes de partidos políticos se multiplican los apadrinamientos, un gesto simbólico para apoyar a las familias de inmigrantes.

Sarkozy se fijó para 2006 el objetivo de expulsar a 25.000 extranjeros en situación irregular, frente a 20.000 en 2005, pero aceptó esperar hasta finales del año escolar, es decir hasta el 30 de junio, para echar del territorio las familias cuyos hijos estudian en el país. Según la RESF, entre 50.00 y 100.000 niños escolarizados en Francia son hijos de extranjeros clandestinos.

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