Iliana García: una exposición bien sentada

Iliana García: una exposición bien sentada

 

ASR Contemporánea es una galería “abierta”, en el sentido de que acoge y presenta a artistas con la sola condición de que sus obras reúnan cualidades auténticas de forma y de expresión, correspondiendo al arte de hoy.
Paula Gómez, su directora y curadora, ha reunido ya decenas de talentos en prácticamente todas las categorías visuales: más allá de simples expositores, son amigos y colaboradores, invitados siempre a volver en una colectiva o con otra muestra individual.
Así ha sucedido con Iliana Emilia García, artista polifacética de la diáspora, residiendo en Nueva York.
Luego de espacios compartidos aquí mismo con otros valores contemporáneos, hoy se proyecta con una exposición personal, de título, por cierto, bastante intelectual: La razón / el objeto / la palabra. Cuando nos referimos a Iliana como creadora polifacética, es porque se ha destacado en dibujo, pintura, escultura, grabado, instalación, fotografía y más… Ahora bien, toda su obra se ha construido alrededor de un solo tema, la silla, ¡que sería “su” identidad como artista!
Sillas y mucho más. Sin embargo, observamos nuevamente cómo ella le comunica una increíble riqueza, tanto en morfología e imagen como en alegoría y parábola. Cuando las sillas –vacías por supuesto- se amontonan, evocamos al teatro del absurdo y “Las sillas” de Ionesco, que reciben solo fantasmas y simbolizan la soledad. Aparte de que es una gran pintura expresionista.
Esta silla criolla, tan hermosa en su realidad “de palo”, cuando Iliana (re)presenta no más que una, se convierte en un símbolo de ausencia… Nos preguntamos a quien ella le da la palabra, quien le hace falta y si no es una suerte de terapia por la espera. Al mismo tiempo, vuelve a imponer su energía y seguridad pictórica.
Pero el discurso se ha hecho más complejo: palabras y corazones acompañan o confrontan la razón y el objeto. La hoja o el lienzo se llena de una escritura compulsiva: nos propone que la descifremos, la interpretemos, la descodifiquemos. Paula Gómez, en un excelente análisis, cita a Nicolas Bourriaud y su criterio de interacción con el público. No es fácil… e Iliana García quiere que, al leer su obra, reflexionemos y nos cuestionemos. ¿Nos entrega ella el corazón?
Las sillas, entonces signos más que objetos, se multiplican inconteniblemente. Ciertamente hay aquí una obra abierta a la conjetura y una exégesis propia. ¿Y si fuera más sencillamente una intención lúdica y que la artista se divierte también, jugando gráficamente? En fin, el receptor de la imagen o sea el público tiende a profundizar el concepto… o podría rechazarla estéticamente, pasando a la próxima obra y deleitarse -por ejemplo- con la secuencia-instalación de sillitas transparentes.
Ahora bien, no encontramos en las obras de Iliana García la silla como símbolo de poder y trono, ni de peligro con alfileres… Habría además una contradicción con su “estilo”, con su índole rural y rústico.
Con esta exposición, Paula Gómez celebra veinte años de creación de la artista… Han transcurrido muy pronto: felizmente Iliana Emilia conserva frescor e ilusiones de sus inicios, en medio de éxitos y un trabajo encarnizado.

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