Imagen 83 recibe el Premio “Brugal cree en su gente”

Imagen 83 recibe el Premio “Brugal cree en su gente”

La cantidad y la calidad increíbles de exposiciones y expositores que Photoimagen 2014 acaba de presentar, la acogida entusiasta que les manifestó el público, la perfecta integración entre lo nacional y lo internacional, estos valores bastaban para que el Mes de la Fotografía, organizado y coordinado por la Fundación Imagen 83, cautivara a millares de seguidores e iluminara el panorama artístico dominicano, más que cualquier bienal nacional de artes visuales.

Pero ese triunfo fue coronado por el más cotizado reconocimiento y recompensa que se otorga a las fundaciones dominicanas por sus aportes a la colectividad, a su desarrollo, a la visión del futuro, en distintas clases de servicios: los premios “Brugal cree en su Gente”, en los que compiten unas 150 asociaciones participando en seis categorías.

Méritos relevantes. Por supuesto, a la Fundación Imagen 83 –el número corresponderá a la fecha de su creación–, le tocó el premio en Arte y Cultura. Fue casi una explosión de alegría entre las personalidades notables que componían el jurado. Una elección además original y diferente por distinguir a la creación contemporánea en una especialidad, el estímulo plural a la vocación artística, la realización de un cada vez más exitoso festival bienal, y un logro público del sector privado… Lo consideramos un fenómeno tanto más regocijante que muchas fundaciones activas y productivas en ideas, hechos y contribuciones al avance cultural no se atreven a postularse… Sienta, pues, un gran precedente, que probablemente tendrá consecuencias benéficas de crecimiento y multiplicación.

Nos estamos refiriendo a una especialidad: la fotografía lo es… pero al mismo tiempo la más popular de las artes a cualquier edad, ¡hoy celular en mano!, y la que más satisfacción procura en el instante, generalmente sin otra aspiración. Ciertamente, la premiación a Imagen 83 incentiva el talento fotográfico y corresponde al auge de la fotografía entre las artes, no solamente en República Dominicana, sino en el planeta entero.

Fue una distinción muy justa, y amerita las más convencidas felicitaciones a su tenaz equipo de trabajo, encabezado por los profesionales Mayra Johnson y Carlos Acero.

La propuesta de Photoimagen ha sido brillante desde su primera edición y ha ido avanzando, pero la riqueza en eventos nacionales e internacionales del 2014 no se había alcanzado y es digna de comparación con festivales mayores –como el de Arles–, con un nivel y una pluralidad que no se han manifestado aquí en otras categorías de las artes visuales, aunando la demostración iconográfica y la preocupación teórica, con la participación de expertos en distintas ramas. Ahora bien, cabe señalar que se trata de diálogos, de un intercambio a la vez aleccionador y ameno, sin pretensiones de superioridad, ¡aunque exista! Es el espíritu de Photoimagen, que “salta muros”, si parafraseamos una de sus exposiciones estelares e innovadoras.

Si bien hay un tema, o más bien un hilo conductor, los puntos cardinales, una total apertura caracterizó a las exposiciones, bien planificadas y celebradas en casi todas las instituciones y centros culturales de Santo Domingo, también en Santiago, acogiendo tanto a los talentos nuevos como a los confirmados, según el solo criterio de la calidad y el compromiso de sus autores.

Photoimagen confiere igualmente una particular importancia a la trayectoria y el ejemplo de altas personalidades del exterior, e invitar a México, cumbre fotográfica en el continente y la escena mundial, ha sido otra proeza. ¿Quién no se quedó conmocionado ante las fotografías dramáticas de la maestra Graciela Iturbides, retratando la sala de baño de Frida Kahlo? Los extraños aparatos ortopédicos que la misma Frida calificaba como torturantes, aquí en enfoques a la vez sabios e instantáneos, testimonian el coraje de una artista y mujer excepcional, visionada por otra artista y mujer de excepción. ¡La muestra se convierte en exhortación a reflexionar y en homenaje a la memoria viva para siempre!

No nos cabe duda de que Photoimagen 2014 es el acontecimiento cimero del año, y que la fotografía seguirá triunfando.

Una publicación impresionante. Las exposiciones seducen, pero cuando no se olvidan, pasan al recuerdo intangible. Un buen catálogo –mientras siga existiendo el libro y cuando hay recursos– es el testimonio permanente e imprescindible: por cierto, aquí, como espectadores, debemos mejorar nuestra cultura del catálogo. En esa categoría, acaba de editarse un documento ejemplar por su contenido y su diseño: “Retratos del carnaval caribeño” que registra aquella magnífica exposición de Mariano Hernández y Mario Picayo sobre los “rostros del carnaval”.

La contundente muestra se presentó en La Habana, Santo Domingo y –muy recientemente– en Nueva York, donde se produjo el catálogo, lógicamente bilingüe. La publicación, propia para colección y consulta, propone textos acerca del carnaval y de ambos fotógrafos, y encabeza esta parte teórica la profesora e historiadora del arte Yolanda Wood. No tenemos que señalar la exquisita impresión de las imágenes, que corresponden fielmente a la calidad de las fotografías de Mariano Hernández y Mario Picayo. ¡Ojalá ese volumen llegue en cantidad suficiente para que lo puedan adquirir en Santo Domingo los amantes del folklore, la antropología… y la buena fotografía!

Cruce de Miradas. La Embajada de Argentina presenta en la Galería Nacional de Bellas Artes, “Cruce de Miradas”, colectiva de seis fotógrafos argentinos, tres viviendo en Argentina, tres residiendo aquí. De hecho, la podemos apreciar como seis pequeñas muestras individuales, de seis a once fotos, fehacientes de respectivas personalidades y estilo de cada autor.

Como toda obra de arte, una imagen exige dos miradas. Comunes denominadores surgen después de la primera. El contemplador se percata entonces de que estas seis miradas proceden de las dos corrientes mayores de la fotografía: el documento como fin primordial, la expresión artística como objetivo prioritario, aun cuando a menudo se funden ambas corrientes: el documento y el arte.

Los fotógrafos levantan una especie de acta testimonial, bellamente escrita por la luz. Enrique Fantoni propone paisajes insólitos y un perro, ¡o criatura tras las rejas! Pablo Gerber enrostra paneles, sugiriendo que el sujeto asume una segunda personalidad. Tony Valdez nos pasea por diferentes lugares y artefactos urbanos, sin evadir el tedio ni la adversidad, María del Carmen Silva “atiende” a la mujer, envejeciente, sufrida, airada, ¡ya la niña ostenta careta de muerte! Héctor Cappelletti se apasiona por el carnaval, su originalidad, siendo que él magnifica la pintura corporal, primordial y provocativa aun. Fer Figueres observa la pobreza, la soledad, el nihilismo de una vida sin mañana, en ambientes anónimos.

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