El arzobispo de Santiago, Ramón Benito de la Rosa y Carpio, consideró ayer que con la sorpresiva renuncia del papa Benedicto XVI el nuevo Papa deberá estar abierto a los tiempos modernos, sin cambiar el Evangelio.
Aunque aclaró que lo más importante en la Iglesia es pedirle al Señor Jesucristo que le dé el Papa que convenga, sí recalcó que le gustaría que sea fiel al Evangelio, pero que sea nuevo en el ardor, la fe y cargado de frescura y actualidad.
Expresó que para dirigir la Iglesia se necesita la enseñanza, la oración y el sufrimiento que forman parte de la vida, pero se necesita también fortaleza de mente y de cuerpo. En ese sentido, sostuvo que el Sumo Pontífice venía padeciendo de varias enfermedades que lo llevaron finalmente a dejar el cargo.