Impactante desbloqueo a Cuba

Impactante desbloqueo a Cuba

Al mediodía del pasado día 17, el mundo fue sacudido por el anuncio, emanado desde las oficinas presidenciales de Cuba y Estados Unidos del fin del bloqueo, que este último país le había impuesto a Cuba desde 1961, como consecuencia de las confiscaciones de las propiedades de capital norteamericano por el gobierno revolucionario de Fidel Castro.

Esa acción, de gran valentía política de ambos gobernantes, pero en especial del presidente Obama, a sabiendas de que existe un enorme sector republicano, así como de la copiosa colonia cubana de la Florida que rechazaba cualquier ablandamiento de las sanciones a Cuba, le abre al mundo un período de entendimiento en que la participación del papa Francisco fue determinante para llegar al acuerdo concertado en Canadá y que sorprendió al mundo entero. Muy pronto se verá a un presidente cubano en la Casa Blanca y un secretario de Estado norteamericano en La Habana.

Todas las capitales del Continente festejaron el acontecimiento con expresiones efusivas para los protagonistas del evento y estimuló el análisis de cómo Cuba se va a insertar, después de 51 años, en el conglomerado de las naciones hemisféricas ya participando en diversos esquemas económicos de desarrollo de apoyo para el desarrollo pese a que ya pertenece a muchos de ellos y tan solo las sanciones norteamericanas impedían un mayor beneficio para los cubanos.

Cuba llega a ese ambiente comercial y de desarrollo con una enorme ventaja sobre las demás naciones, mucho más que Brasil, Argentina o Chile, y todo debido a la excelente formación y preparación de sus recursos humanos, que los ha llevado a competir con Estados Unidos y proyectarse de forma tal que ya Cuba es un destino del turismo de salud, donde decenas de latinoamericanos acuden a la isla vecina a curarse de sus males en un ambiente de calidad y bajos costos.

Así mismo, la presencia cubana en el África, no como combatientes de la década de los 70, sino atacando la raíz el mal del ébola, habla a las claras de un sistema que si bien coarta muchas libertades de expresión pero no escatima esfuerzos en la capacitación y salud de sus ciudadanos, que los ha llevado a eliminar el analfabetismo, una meta que en pocos meses se va a lograr en Dominicana.

Además, Cuba demostró su solidaridad continental, tanto con Venezuela al enviarle cientos de maestros, y con Haití enviando un numeroso personal médico en hospitales de campaña necesarios para atender a cientos de haitianos afectados a raíz del devastador terremoto del 10 de enero del 2010 que todavía no superan las criticas situaciones de pobreza y de hacinamiento.

La apertura cubana a la democracia hemisférica representará un reto para los dominicanos que deberemos sacudirnos de la ñoñería de la actividad política y del enraizado sistema de la corrupción para lidiar con la economía de un país, que si bien concebida fuera de la libre empresa, sus basamentos socialistas le permiten, como lo hizo China, adaptarse a la realidad del mercado e insertarse con mayor empuje en el torrente de la competencia y rivalizar con los logros dominicanos en especial en el turismo, ya que ese sector donde surgirá la competencia de las dos islas para tener un turismo norteamericano, que curioso por visitar a Cuba y ver su realidad, demandará más habitaciones, que en Cuba llegan en la actualidad a más del 25% que poseen los dominicanos.

En turismo ambas islas van a ofrecer lo mismo de bellas playas, mar azul, clima de fantasía, una música contagiante, una alegría cautivante y las atenciones de los pueblos de dos naciones de profundas raíces hispanas y africanas que atraen a los visitantes para envolverlos en la magia de la simpatía de los isleños que ahora aprenderemos a vivir de cara al mar que nos rodea, ya que casi siempre ignoramos esa realidad y a través del mismo y del aire es que llegará la prosperidad a ambas islas, con problemas comunes pero de raíces similares por una larga trayectoria de trasiego humano en los momentos de adversidades de ambos pueblos.

El desbloqueo a Cuba representa un desafío para los dominicanos que deben aunar esfuerzos con los cubanos mientras les prestamos atención a nuestras deficiencias en el área del saneamiento, educación y mantenimiento para superar los hoyos negros que podrían afectar nuestro futuro.

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