Impactante presencia e incidencia china en América Latina

Impactante presencia e incidencia china en América Latina

Ciertamente, resulta impresionante el ritmo de posicionamiento de China en América Latina y el Caribe. El flujo comercial ha pasado de 12 mil millones en 2000 a 255,500 millones en 2012, según el FMI. Se multiplicó por 21 en solo 12 años. Entre 2005 y 2013 ha concedido préstamos por 102,200 millones de dólares con alta concentración en Venezuela y Argentina pero creciente con México, Brasil y Perú, entre otros. El pasado año el comercio con Brasil fue de 83,300 millones, creciendo ese año 10%; con México en 2012 ya era de 62,600 millones de dólares – con balanza altamente favorable a China -; desde 2002 el intercambio con la nación azteca creció 823%.

Esa vorágine comercial ya sitúa a China como el primer socio comercial de Brasil, Chile y Perú y con varios más es el segundo. En verdad, con México, está en la segunda posición desde 2003, solo superado por el enorme intercambio de esa nación con los Estados Unidos.

Un estudio de la CEPAL advierte que para el 2016 China estará superando globalmente a Europa como segunda socia comercial de América Latina y el Caribe mientras que algunos estudios – de Peter Hakin y Margaret Myers – pronostican que en 15 años más también desplazaría a los Estados Unidos convirtiéndose en el líder indiscutible de los vínculos económicos de la región. Sin embargo, no puede obviarse que en la mayoría de las veces las proyecciones económicas sobre China se han quedado muy largas y que esa economía ha sabido acortar distancia con una energía que ha sorprendido a todos.

Nadie debería llamarse a sorpresa. Desde hace dos años las autoridades de alto nivel dejaron explícitamente muy claras sus pretensiones en América Latina y el Caribe enmarcadas en cinco áreas concretas. Constituir un Foro de Cooperación China – América Latina y el Caribe – de hecho ya actuante – para promover la cooperación estratégica mediante contactos periódicos visualizando el CELAC como un organismo idóneo por “simbolizar mayor cohesión y densidad”.

El intercambio comercial aspira llevarlo a los 400 mil millones para el 2017, un incremento de 160% sobre el monto señalado del 2012 proyectando incrementar las compras de manufacturas y bienes con mayor valor agregado, no solo materias primas, para equilibrar el intercambio. Con vistas a potenciar la inversión y cooperación financiera se constituirá un Fondo de Cooperación China – América Latina que se centrará en la industria manufacturera, altas y nuevas tecnologías y desarrollo sostenible. Otro campo de acción que pretende priorizar es el de la seguridad alimentaria, proponiendo la constitución de una reserva de 500 mil toneladas para objetivos humanitarios. También apunta a incrementar los lazos turísticos.

Cambiará el escenario geopolítico regional y ello tendrá, ya lo tiene, impacto estratégico y nuevo entorno global hemisférico. Unos pronostican la debacle por la “desaceleración” China pasando por alto que, en el peor de los casos, su crecimiento más que duplica el de las economías más avanzadas.

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