Albert Pujols nació en Cristo Rey y se fue a la edad de 15 años al Estado de Missouri, Estados Unidos y allí creció como pelotero.
En su primera temporada ganó el premio de «Novato del Año» y desde ese momento se le proyectó como una de las nuevas estrellas de Grandes Ligas.
El diario HOY lo invitó a un encuentro especial y en mi oficina hay cuatro fotos grandes junto a los reporteros y altos ejecutivos.
Cuando se marchaba -hace tres años- le dije en broma: «Yo espero que cuando tú seas una superestrella no nos niegues entrevistas».
Y me contestó: «Eso jamás. Este trato tan especial yo nunca lo olvidaré».
Pues señores, después de firmar su contrato de 100 millones de dólares, parece que los humos se le han subido a la cabeza a este muchacho.
Incluso, tengo reportes de allegados que afirman que ha cambiado bastante.
En lo que respecta a nosotros, nos ha hecho dos desplantes en tres meses. El último lo hizo la semana pasada a nuestro reportero Dionisio Soldevila.
Se le identificó de HOY y se negó rotundamente hablar y sentenció: «No quiero nada con periodistas».
Pero voy hacer otra revelación. Cuando yo fui a los entrenamientos, a Jupiter, fui a entrevistar al ya famoso Albert Pujols.
Mario De Jesús, del Listín Diario, es testigo de lo que voy a relatar.
Vimos a Pujols y le dijimos que queríamos entrevistarle. A primera vista ni nos conoció. Le recordé el encuentro en HOY y parece que «borró».
Después, al final, parece que recordó, le dio apuro y nos llamó para la entrevista.
Yo accedí, lo entrevisté y asumí el capítulo como algo sin importancia.
Pero luego de conocer el desaire a Soldevila, problemas con otros reporteros de Estados Unidos y reportes negativos de amigos en RD, no hay dudas de que es otro.
Como a mí no me interesa nada de Pujols, lo pongo desde hoy en la lista del olvido, hasta que cambie su forma de ser y vuelva a ser humilde. (Lo que hace el dinero!