Impacto deportivo

Impacto deportivo

Cientos de expertos de béisbol están sorprendidos por la exclusión de Roberto Alomar del Salón de la Fama de Cooperstown.

¿Qué pasó?.

Primero, vamos a exponer por qué debió ser electo.

Y, luego, a tratar de buscar la explicación de por qué lo ignoraron.

Primer escenario:

Alomar, considerado como el mejor segunda base de su generación, fue el tercero en la votación con 397.

Lean la motivación de Peter Gammons:

Casi un voto seguro, uno de los seis a ocho mejores segunda base que jamás hayan jugado en Grandes Ligas.

Doce Juegos de Estrellas, 10 Guantes de Oro y uno de los jugadores defensivos y corredores más astutos de su generación.

Podía batear fácilmente del 1 al 3 en el lineup, y durante 14 años de 1988 al 2001 fue un jugador dominante:

Segundo en imparables y carreras anotadas, tercero en dobles, cuarto en triples y juegos como titular, quinto en bases robadas.

Era un guante muy seguro y en su carrera está entre los mejores 80 peloteros en carreras anotadas, hits, dobles, bases totales, veces en base y estafas.

En fin, una super estrella.

¿Por qué no  eligieron a Alomar?.

Luego de ver su labor en el campo de juego, hay que buscar otras razones.

Se fueron al campo personal.

No olviden el famoso incidente con un árbitro a quien escupió.

Eso lo marcó negativamente.

Sin embargo, eso merece un segundo análisis.

Alomar se reunió luego con ese umpire y le pidió disculpas.

Lean bien: Ya no eran enemigos.

Algo similar pasó con Juan Marichal, a quien le negaron su entrada a Cooperstown en sus primeros años, pero luego que se hizo amigo de John Roseboro, entonces, le dieron paso.

Creo que hay peloteros que han hecho cosas más graves, y que Alomar no debió ser penalizado de esa forma.

Otra vez uno piensa que contra los latinos el latigo siempre es más duro.

Fanáticos del Licey incómodos con Ronnie Belliard

Cambiando de tema, hay que algo que debo contar al país.

Muchos fanáticos del Licey están muy molestos con Ronnie Belliard.

Dicen que juega sin áni mo, no batea, no apara ni tira bien. En conclusión, un desastre de jugador.

Creo que para bien del Licey, Belliard debería irse para su casa.

Según los fanáticos, con él en el terreno, los Tigres pasan verguenza.

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