Hoy 
POR FRANKLIN MIRABAL
Es una lástima que se planifiquen cosas buenas y al final no se logren los objetivos deseados. Miren el «disparate» de la selección de los latinos. Hoy me voy a referir al «Clásico Mundial de Béisbol» que se jugará en marzo. En lo que respeta a mí, ese evento está perdiendo fuerza.
¿Por qué pienso así?.
Creí que la idea original era que cada país presentara a lo mejor. No sólo en términos de jugadores, sino también managers, coaches y hasta sus mejores hombres de la gerencia general.
Visto así, la República Dominicana presentaría su gran «Dream Team» de jugadores. Diría que tenemos tantos que hasta podríamos prestar.
Pero imagínese ese equipo «armado» por Omar Minaya, nuestro gerente general que en las Grandes Ligas es de los Metros de Nueva York.
Piense en Felipe Alou como manager. Tony Peña de asistente y nuestros coaches de las mayores los pondríamos tener en esas funciones.
Me refiero a Manny Acta de los Mets y Alfredo Griffin de Anaheim, entre otros.
Lo mismo hubiese hecho Venezuela con Ozzie Guillén, dirigente de los Medias Blancas, que acaban ser campeones en las Grandes Ligas.
Pero que tenemos ahora, Felipe Alou está inhabilitado, Tony Peña fue requerido a tiempo completo por los Yanquis y hemos perdido el mejor talento.
Si es un evento de las Grandes Ligas, los equipos deberían estar en la obligación de apoyar todo lo necesario para ese Clásico.
Pero cuando Brian Cashman, los Yanquis, le dice a Tony Peña que lo quiere a tiempo completo, no muestra ningún interés en lo que será el Clásico.
¿Qué diferencia hay entre prestar jugadores o prestar un coach o un dirigente para un evento que sólo durará dos semanas en marzo?.
Esa parte no la entiendo. Si entendería que a esas personas se les pidieran que compartan sus funciones, ya que eso es una vez cada cuatro años.
Parece que como propuso Juan Marichal, ese «Clásico Mundial» tendrán que cambiarlo de fecha para que realmente no choque con nada.
En esta situación veo a mucha gente «atariada» que recibirá órdenes de cuidarse para no lastimarse y jugadores disgustados, en fin, un caos.
¡Es una lastima!.
