El colega de El Nacional, José Jáquez, se lució en su muy leída columna «Ají Tití» con este profundo párrafo: «Pelota sin Sammy, es sosa».

Se refería a que el potente jugador dominicano ha perdido un mes de acción y en tal sentido no ha podido brillar con el madero.

Jáquez extraña las campañas de 50 y 60 jonrones y ni hablar de las dos batallas de cuadrangulares que libró con el astro Mark McGwire.

Cuando uno revisa la carrera de Sosa encuentra dos cosas. Un Sammy muy saludable, y otro que la suerte lo ha abandonado un poco últimamente.

Entre 1997 y el 2002, Sosa vio acción en cada partido de los Cubs de Chicago. Eso incluye promediar más de 600 turnos por temporada.

Jáquez tal vez recuerda las visitas de Sammy por el mundo donde era recibido como héroe y cuando encendió el arbolito en la Casa Blanca.

[b](Capítulos inolvidables![/b]

Sin embargo, los últimos dos años han estado rodeado de muchos capítulos negativos, que si fuese otro jugador, habría colapsado.

Una uña encarnada, se cortó una mano y ahora tiene problemas en la espalda.

Vino una campaña negativa desde su propio equipo para no pagarle el dinero que merecía, aunque finalmente lo complacieron.

Un periodista lo irrespetó. Le dijo: «Usas esteroides?. Sammy le dijo que no y el reportero le cuestionó: )Irías a un laboratorio para que te hagan una prueba?. Y eso puso como diablo a Sammy.

Sosa, que no ha sido conflictivo tuvo dos problemas verbales con Barry Bonds en los entrenamientos y luego con Matt Morris de San Luis.

Morris prometió darle un bolazo en la cabeza.

Tuvo dificultades con el entonces dirigente Don Baylor, quien no lo trató como estelar, aunque al final entendió que estaba equivocado.

Yo también me siento apenado con la ausencia de Sammy, pero estoy confiado en que todavía queda mucho Sosa.

Ahora que regresa a la acción este viernes, después de más de un mes, yo mantengo la fe en que el «Bambino del Caribe» volverá a sonar. (Y con fuerza!