IMPACTO DEPORTIVO
El «Dream Team» del Licey

IMPACTO DEPORTIVO <BR>El «Dream Team» del Licey

FRANKLIN MIRABAL
Medio país está impresionado por el «Trabuco» o «Dream Team» que están presentando los Tigres del Licey en el presente «Todos contra todos».

Nadie exagera cuando expresa que pueden participar en las Grandes Ligas. Yo diría que sólo les faltaría un cerrador auténtico.

Eric Byrnes (LF), José Guillén (CF), Vladimir Guerrero (RF), Carlos Peña (1B), D»»Angelo Jiménez (2B), Cristian Guzmán (SS) y Ronnie Belliard (3B). ¡Una artillería pesada!.

¿Creen ustedes que ese Dream Team sólo se reúne a base de papeletas?.

Eso ni pensarlo. Se logra con buen trato y excelentes relaciones con los jugadores.

Y ahí para todo el crédito para el joven y super exitoso gerente general del Licey, Fernando Ravelo. ¡Que clase de gerente!.

Ravelo es el más querido por los jugadores. Dicen que los peloteros se sientan en su oficina, le hacen cuentos y lo quieren mucho.

¿Y qué dirán hoy los que criticaban su designación?. Las colecciones de HOY conservan aquellas columnas en las que lo defendí.

Y es que mis elogios no eran por interés, sino porque creía en su talento. ¡Felicidades Ravelo!.

PEDRO CABA NOS ESCRIBE SOBRE PEDRO MARTÍNEZ

El buen amigo y deportista Pedro Caba nos escribe

algo interesante sobre el reciente paso de Pedro Martínez a los Metros.

Dice así:

¿Cuál es el valor que un profesional del béisbol le asigna a la afición que fruto de su esfuerzo y dedicación por años ha podido procrear?

El estelar lanzador Pedro Martínez sacrificó tradición-historia, afición, el mejor salario pagado a un lanzador de la escuadra, incluido Curt Schilling, y partió los corazones de la nación bostoniana de todas latitudes, al partir de Boston.

Cuando la famosa firma de corn flakes dejó caer el cartelón con la estampa de Pedro Martínez sobre todo el jardín central del Fenway Park, segunda vez que lo hacía en toda la historia del béisbol americano -en la primera ocasión lo hizo con Ted Williams, hacía varias décadas– había en ese acto todo un mensaje subliminal de la afición y la dirigencia de Boston al temperamental tirador dominicano.

A Pedro se le dijo entonces, con esa acción, que formaba parte de la tradición e historia de un equipo centenario que lo había incorporado al honorable listado de sus grandes ídolos.

Porque la dirigencia y la afición bostoniana advertían, como cualquiera de nosotros que tuviera mínima información de la personalidad de Pedro, que éste se sentía afectado por tener que compartir su estrellato en esa casa con Schilling. Quienes escrutamos las páginas informativas beisboleras, nos dimos cuenta.

Pedro podrá argumentar cualquier excusa, pero lo cierto es que la oferta de US$40 millones por tres temporadas, superaba el salario existente de Schiling y le permitía cerrar su carrera beisbolística en un histórico escenario. Pedro El Grande, disminuyó considerablemente su tamaño, cuando justificó su partida, poniendo en dudas si espiritualmente estaba en condiciones de sustentar sus proezas físicas de indudable talento.

Ojalá el porvenir le depare nuevos éxitos, pero mientras tanto una estela de frustración nos queda a una buena parte de la afición bostoniana que él mismo contribuyó a crear.

Impactodeportivo@hotmail.com

Publicaciones Relacionadas

Más leídas