Aunque moleste a un “chin de gente”, ha sido súper exitoso mi regreso como narrador de béisbol por televisión.
Y hoy quiero dar un mérito especial a un amigo.
Cuando decidí regresar al Licey, originalmente había acordado con Ildefonso Ureña (jefe de las transmisiones) que haría juegos el fin de semana, es decir, sábado y domingo.
Eso dejaba a Ildefonso para narrar TV entre lunes y viernes, y luego radio sábado y domingo.
Sin embargo, Ildefonso me dijo: “No Franklin, usted haga todos los juegos de TV y yo me voy a radio”. Eso no lo hace todo el mundo, porque aunque la radio es poderosa, la TV es más fuerte, y en ese escenario, Ildefonso pudo decidir seguir compartiendo en la TV.
Eso demuestra que no solo es una persona capaz, sino que que es colaborador, buen compañero y buen amigo.
Dentro de sus funciones como ejecutivo del Licey he podido reafirmar que es alguien muy organizado, trabaja en equipo y apoya igual a todo el mundo. El Licey debe sentirse orgulloso de un ejecutivo de esa categoría.