Y me llena de emoción cada vez que yo visito esas instalaciones del club Mauricio Báez.

Bien cuidadas, con actividades deportivas, sociales y recreativas bien planificadas, y que unen a ese sector.

Lo mismo pasa en Los Mina, Los Padros, San Carlos y San Lázaro, entre otros clubes.

Hoy más que nunca nuestra juventud necesita de esos clubes.

En el caso del Mauricio Báez, allí se practica deportes, se imparte docencia, hay biblioteca, asistencia médica, en fin, es un paraíso.

Creo que el Gobierno, vía Miderec, debería triplicar el apoyo dado a ese sector.

Igualmente debemos decir que estos clubes son dirigidos en su mayoría por gente muy seria, honesta y comprometida con los mejores intereses del deporte y la juventud.

Felicito de corazón el papel ejemplar y patriótico de los clubes deportivos, y los invito a duplicar sus esfuerzos para seguir como una marca vital para el país.

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