Hoy 
POR FRANKLIN MIRABAL
La primera entrega captó la atención de los principales federados y de la gente ligada al movimiento olímpico del país. Voy a reiterar dos cosas. No aspiro a «enchinchar» una crisis en el Comité Olímpico, ni busco «dañar» a Luisín ni a José Joaquín.
Sí creo, que lo mejor del deporte en este momento es el clima de paz, el cual no debe ser tirado por el suelo bajo ningún concepto.
Ayer terminé diciendo que José Joaquín Puello podría estar siendo víctima de la soledad del poder y advertí una situación muy delicada. ¿A qué me refiero?.
Puello Herrera fue un hombre de grandes virtudes, pero como él mismo ha admitido, también ha tenido defectos, como todo ser humano.
Durante sus años en el Comité Olímpico pasó por momentos de frustración, y creo que una vez llamó «lacras» a algunas personas del deporte.
Sin embargo, Puello era tan buena gente, que en algunas ocasiones no tomaba medidas drásticas contra federados sin capacidad.
Las «malas lenguas» especulaban que eso le permitía tener más gente a su merced, y visto así, en cada reelección ganaba con facilidad. ¡Eso es una especulación!.
Con la llegada de Luisín Mejía al Comité Olímpico, sin darnos cuenta, hemos visto el inicio de una limpieza en el deporte.
¿A qué me refiero?. Luisín a puesto en «cintura» a muchas federaciones.
¿Ejemplos?. Judo, atletismo, gimnasia, tenis de campo, natación y badmington y hay otras que están en la mira.
¿Cómo creen ustedes que se pueden sentir los ex-jefes de esas federaciones y cómo se sentirán los que pueden ser puestos a raya por el COD?.
Nadie se sorprenda, diría yo, que uno de esos federados pudiera decir: «oyeme, pero con José Joaquín nos iba mejor, porque era más tolerante».
Ese escenario pondría a alguien a «motivar» a José Joaquín para un regreso al Comité Olímpico. ¿Qué pasaría?. Un real choque con Luisín, pero lo más grave, un retroceso en el proceso de limpieza.
Yo apuesto lo que sea a que Puello Herrera no aceptaría regresar al deporte en ese escenario, pero no puede evitar que se lo propongan.
Creado ese panorama, las cosas que se verían y se dirían colocarían al deporte federado en una de sus crisis más grande de su historia.
José Joaquín es un «Hall of Fame» del deporte y debe estar por encima de todo cuanto pueda lastimar el rumbo del deporte nacional.
Yo lo invito a que ignore llamados que significarían enfrentar a su discípulo Luisín, a crear problemas y a frenar la profilaxis en el deporte.
Creo en José Joaquín, y aspiro a que a partir de ahora esté más unido a su Comité Olímpico, a su amigo Luisín y a lo mejor del deporte. ¡Punto y final!.
