Hoy 
POR FRANKLIN MIRABAL
Omar Minaya está triunfando como gerente general de los Metros de Nueva York y diría que lo está haciendo desde que estaba con Montreal.
Eso nos hace sentir muy orgullosos porque aunque se forjó en Estados Unidos y es ciudadano norteamericano, nació en Mao, Valverde.
Sin embargo, eso no significa que en algún momento no se le critique por «meter la pata» como ha ocurrido ahora con Pedro Martínez.
Resulta que Minaya vino al país el pasado fin de semana y participó en una interesante charla de la Fundación Global y Desarrollo.
Al ser abordado por los periodistas, Minaya dijo: «Fuimos nosotros los que frenamos a Pedro para que no tirara en el Clásico Mundial.
Es muy probable que eso sea algo así como «tirar la toalla» a Martínez, que en éste momento es visto con malos ojos en algunos sectores.
Sin embargo, Minaya ha empeorado las cosas. Primero, él queda como mentiroso, ya que dijo en febrero y marzo a los periódicos de Nueva York que él ni la organización se opondrían a que lanzara.
También pone a mentir a Pedro, quien dijo que no lanzaba por el dedo lastimado, cuando según Minaya, fueron los Metros que impidieron que tirara.
Como ven, es el juego del «gato y el ratón». Y para mí, los dos (Pedro y Manaya) han quedado muy mal parados por su forma de actuar.
Después de cuatro salidas, hemos visto que el dedo gordo de Pedro no existe y que si hubiese entrando más temprano lanzaba en el Clásico.
Pero como Pedro no quería representar a su país, dejó que el tiempo y las circunstancias lo sacaran de acción y eso es lo criticable.
En lo personal me molesta que Martínez se «sacó del Clásico» y desmotivó a otros jugadores como Vladimir Guerrero y Manny Ramírez.
¡Es imperdonable!.
Cordero y Aramis están en la «lona»
Francisco Cordero, el principal relevista del país y Aramis Ramírez, uno de los mejores antesalistas no representaron el país en Clásico.
¿Cómo les va este año en GL?.
Aramis la sacó ayer, pero su promedio está en .196, lo que es un fracaso. De su lado, Cordero, de Texas, tiene efectividad de 11.25.
¡Están en el suelo!.
