POR FRANKLIN MIRABAL
Al ver el mal momento que pasa Sammy Sosa en Chicago, se fortalece el comentario que hice sobre las estrellas de Grandes Ligas. Los fanáticos se han contagiado del trato malagradecido de los dueños de equipos y una vez el pelotero baja un poco su nivel lo atacan duro.

A la mayoría de los equipos no le tiembla el pulso para salir o dejar partir a cualquiera de sus estrellas, sin importar su pasado.

Para fatalidad de las estrellas, muchos equipos han mejorado después que se marchan a otros equipos, algo que no ocurría mucho en el pasado.

Sin Ken Griffey Jr, Randy Johnson y Alex Rodríguez, los Marineros de Seattle fueron mejores.

Sin Alex Rodríguez Texas ha estado en la cima de su división. Se fueron Javy López, Gary Sheffield y Tom Glavine y Atlanta está en el primer lugar.

Es por eso, que hoy en Boston pueden pensar que sin Pedro Martínez serán mejores y lo mismo se imaginarán los Cubs sin Sammy Sosa.

Es un cambio dramático que se da en las Grandes Ligas. Los

dueños no temen dejar partir estrellas o simplemente no volver a firmarlas.

La excepción serían los Yanquis y por eso siempre son opción a ser campeones. Los demás toman las cosas con calma y por eso ganan poco. ¡Así está la pelota!

EL «WILD-CARD»: GRAN MODALIDAD EN GL

Una de las ideas más geniales en las Grandes Ligas ha sido la instauración del «wild-card», que permite clasificar un cuarto equipo en ambas ligas.

Recuerdo que el año pasado los Marlins llegaron vía «wild-card» y resultaron campeones.

Si se observan las divisiones se nota que muchos equipos están con chances de clasificar.

Por ejemplo, los Gigantes están a cinco partidos del primero lugar, pero en el comodín, están en el primer puesto de la Liga Nacional.

Todavía tienen oportunidad los Padres de San Diego, Cubs de Chicago, Marlins, Boston, Cleveland y Texas, Anaheim, aparte de los líderes.

Todavía a finales de septiembre veremos una lucha feroz por la clasificación.
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