Impacto Deportivo
Pedro acusa a críticos de no ser serios

Impacto Deportivo <BR><STRONG>Pedro acusa a críticos de no ser serios</STRONG>

POR FRANKLIN MIRABAL
La “novela” o entrevista que le hizo Enrique Rojas a Pedro Martínez se ha puesto bien “sabrosa” y apunta a ser el tema de la semana. En “Impacto Deportivo” en radio, pasamos ayer las declaraciones de Martínez, y fue más allá de asegurar que es más dominicano que cualquiera.

Pedro acusa “de no ser serios” a aquellas personas que cuestionaron su ausencia del Clásico Mundial de Béisbol, jugado en marzo.

Antes que nada me dirigí al diccionario Larousse y busqué algunas definiciones de la palabra seriedad para poder ser más contundente.

Según el Larousse, la seriedad tiene que ver con el carácter, la formalidad, la integridad de la gente, su modo de actuar y de hablar.

No creo que me sirva ese “sombrero” aunque Pedro me lo puso, considerando que he sido uno de sus mayores críticos últimamente.

No me creo así, porque tengo videos de entrevistas en las que Pedro me definía así: “Serio, apegado a la verdad y que investigo”.

Me considero serio ante él, porque nunca le he pedido ni una manzana. Y serio ante el mundo, porque nunca he matado ni he robado.

Pero está claro que él está enfadado conmigo por los comentarios que he emitido a raíz de su ausencia del Clásico Mundial.

Pero lo que pensé en enero y febrero lo sigo pensando hoy. Pedro “relajó” su participación en el Clásico y desmotivó a sus compañeros.

Debió decir desde el primer momento que no podía lanzar, y todavía estando ausente colaborar para contactar a otros jugadores.

¡Pero ignoró el Clásico!.

Con respecto a que es más dominicano que todas las personas que lo han criticado, pienso que eso de definirse “dominicano” es complejo. Sentirse nacional de un país implica muchas cosas, cosas serias, que habría que establecer si él estaría dispuesto a asumir.

En momentos en que mucha gente está dolida, es muy bueno “limpiarse” con los periodistas, con los pobres periodistas de su país.

Es posible, que luego de haberle ofrecido mi amistad desinteresada, de protegerle por encima de mi clase, hoy esté arrepentido de eso.

Pienso, también, que hubiese sido más fácil pedir unas disculpas a sus fanáticos, y no poner en dudas la seriedad y patriotismo de los periodistas que han contribuido a exaltar su figura.

De todas formas, estoy consciente de que los periodistas somos buenos cuando los atletas suben, cuando están arriba nos ven con desprecio.

Pero sin importar que las cosas sean así, me siento orgulloso de ser periodista deportivo y nadie tirará por el suelo mi autoestima.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas