FRANKLIN MIRABAL
Hace unos años Pedro Martínez me declaró que no pasaría “vergüenza” en Grandes Ligas y que cuando no fuera dominante se iría del béisbol. Parece ser que estamos muy cerca de ese tiempo. Pedro tiene nueve victorias en agosto y su efectividad está en casi cuatro puntos por juego.

Su repertorio es débil, cada día poncha a menos gente, no intimida y no se luce con aquella bola rápida que embrujaba a los bateadores.

Ese no es el Pedro de antes, es una nueva versión desmejorada, que no emociona y que lo mejor que haría sería anunciar su retiro.

Yo le propongo que consiga los 15 ponches que le faltan para llegar a 3,000 y que a final de campaña anuncie su despedida del béisbol.

Con un historial de arrogancia contra jugadores, managers, fanáticos y periodistas, Pedro sólo se expondría a que le pasen factura.

¡Que se retire!.

Mucho cariño a Piazza irrespeto para Pedro

Es muy bonito recibir bien en tu estadio a un jugador que fue importante para tu equipo, pero con Mike Piazza se pasaron de la raya.

Primeros aplausos: ¡Excelente!. Pero jamás después de cada uno de los dos jonrones que le disparó al estelar del equipo Pedro Martínez.

En un momento pensé que Piazza todavía estaba con los Metros y que Pedro era de los Padres de San Diego. Los fanáticos se pasaron de contentos.

Ahora el culpable fue Francisco Liriano

Hay que estar vivos para ver cosas. Ahora resulta que el dirigente de Minnesota, Ron Gardenhider, se quiere exculpar del caso Francisco Liriano.

Según él, Liriano no le habló claro sobre sus problemas reales y que por eso lo puso a lanzar en su última salida frente a Detroit.

¿Y cuál es el papel de coach de pitcheo y de sus asistentes?. Yo no creo que Liriano pueda ocultar una lesión simplemente por ganar un juego.

¡Que cambie el cuento!.

Boston debe tomar un segundo aire

Hay preocupación por los predios de los Medias Rojas de Boston luego de perder dos juegos contra el equipo de los Reales de Kansas City.

El cerrador Jonathan Papelbon, quien había lanzado perfecto, ha comenzado a dar señales de cansancio y ha fallado en salvar juegos.

Sin embargo, el problema principal es que Boston sólo quiere ganar a base de palos y es difícil producir cinco o siete carreras en cada juego.

En lo que eso pasa, los Yanquis sacaron tres juegos de ventaja en el este de la Liga Americana, y hay gente que piensa nadie los detendrá.

Boston deberá batallar con White Sox y Minnesota para poder colarse mediante el “wild card”. Es una tarea difícil, pero no imposible.