POR FRANKLIN MIRABAL
El dominicano Rafael Belliard es uno de los coaches de Jim Leyland en el equipo de Detroit. Es un tipo muy inteligente y con futuro como manager. En la pelota invernal trabajó con  Miguel Diloné en el equipo de los Gigantes del Cibao.

Hace unos días, se le presentó una gran oportunidad de ser manager en la pelota local.

¿Con cuál equipo?:  Precisamente con los Gigantes del Cibao.

La idea le agradó bastante y hasta dio un aprobación inicial, pendiente al acuerdo económico.

Pero en esa última parte, Belliard chocó con la pared.

El hombre pidió una cifra sin precedentes en la liga: 15 mil dólares mensuales.

De inmediato, recibió un rechazo de parte de la gerencia de los Gigantes, que lo quería, pero jamás a un precio tan alto.

Creo que fue un error de Belliard poner lo económico por encima de todo, en esta oportunidad.

Belliard ha ganado un buen dinero, y ahora sólo necesitaba saltar al gran escenario.

Es algo similar a Julio Franco, quien ha dicho que quiere dirigir por primera vez, y que entonces venga y pida la “loma de belén”.

Me parece que Belliard se equivocó y perdió un gran chance de estar al frente de una organización que va en ascenso y que pronto podría juntarse con una corona.

Al gato y el raton

Las Aguilas y los Leones están jugando “al gato y el ratón” con los rumores de cambios.

Mario Soto dijo en “Impacto Deportivo” en radio, que si Chilote Llenas quería un cambio, que simplemente lo llamara.

 Pero ahora Chilote dice que le puso la bola en la cancha a Soto para que la batee, pero al gerente del Escogido parece que se le perdió el bate.

Soto riposta y expresa que el problema es que las Aguilas quieren “camarones por coditos”, y así no se puede.

De manera que olviden ese cambio que sacaría a Rafael Furcal del Escogido y ni hablar de cambiar al prospecto Carlos Gómez.