Impacto Deportivo
De repente, la pelota invernal es millonario

<p><strong>Impacto Deportivo<br/></strong>De repente, la pelota invernal es millonario</p>

POR FRANKLIN MIRABAL
El periódico HOY publicó ayer un comunicado del Centro de Información Gubernamental que ha encendido los más grandes debates con respecto a los aspectos económicos de la pelota invernal.

Hasta ayer, lo que se pensaba era que la pelota no generaba tantos recursos y teníamos en la mente los contantes discursos de los dueños de equipos en el sentido de que siempre perdían dinero.

En pocas palabras, la pelota invernal se veía como un negocio que operaba con precariedades, y que al ritmo que iba, existía la posibilidad de que quebrara algún equipo y eso crearía un tremendo lío.

Sin embargo, luego de ese reporte, y unir otros datos económicos de la pelota, llegamos a la conclusión de que es un negocio muy rentable.

Un evento que mueve y genera tantos recursos, nos lleva a pensar que difícilmente uno de sus equipos puede declararse en quiebra.

Lo llamativo del caso es que ha sido el propio Gobierno que ha dado a conocer datos que poca gente se imaginaba o se atrevía a publicar.

Resumen del comunicado de Centro de Información

El mejor pasatiempo de los dominicanos es realmente un gran mercado que mueve 661 millones de pesos en sólo dos renglones casi irrelevantes, comparado con la producción por concepto de publicidad.

Sólo por concepto de entradas de los fanáticos y el consumo de golosinas, pizzas, refrescos o cervezas… y claro, los servicios especiales de los palcos bajos que muchas veces contienen Whisky y comidas más sofisticados en el negocio del bate y la pelota el pueblo dominicano pone a circular 661 millones de pesos durante el torneo «otoño-invernal».

Los parques de pelota tienen una capacidad conjunta de 49 mil butacas (Quisqueya 14 mil; Cibao 15 mil; Tetelo Vargas 6 mil; Francisco Micheli 8 mil ; Julián Javier 6 mil, divididas en varias zonas: palcos bajos y altos, preferencia y bleachers; pero a pesar de los «llenos» ocasionales de algunos de ellos, de acuerdo al rival de turno, siempre existe un margen de «chivos» o fanáticos que se las arreglan para entrar gratuitamente, los cuales ascienden a miles en cada partido.

Igualmente, las taquillas experimentan diferentes precios de acuerdo a los equipos que se enfrentan, especialmente en la Capital y Santiago, cuando se miden los nuevos rivales: Águilas y Licey.

Durante los 229 juegos, si la final se prolonga a 7 partidos, los fanáticos pagan entradas que van desde 800 pesos (cuando juegan Águilas y Licey en el Quisqueya) pasando por 600, 450, 350, 300, 200 y 50 (los bleachers).

Según informaciones de la dirección de boletería y administración de algunos de los estadios, el promedio de asistencias era de 850 mil fanáticos durante la serie regular (un promedio de 5 mil 600 fanáticos por partidos); 156 mil en el round robin y con un lleno total en la final (de siete partidos) con un total de 98 mil asistentes; tendremos un total final de un millón 104 mil fanáticos pagando.

Los precios de los comestibles y golosinas en los estadios también son diferentes, una cerveza de lata cuesta 70 pesos, un pedazo de pizza 60, un refresco 30 y una botella de agua 20 pesos.

En los palcos bajos se observa consumo de ron y whisky y lo que ha pasado a ser un objeto de lujo entre los asistentes, el «pica pollo», que asciende a un precio de hasta 250 pesos el de 6 piezas.

Con un promedio de 300 pesos de consumo entre los asistentes, que además deben pagar pasajes o combustibles para trasladarse a los estadios, e igual cantidad de entrada, tendremos los totales de 330 millones 400 mil pesos por concepto de entradas y 331 millones 200 mil en consumo; para un egreso conjunto de 661 millones 600 mil pesos.

Estas totales no incluyen cualquier gasto adicional en la compra de souveniles, jackes, gorras ni bocinas; los cuales también se expenden en los estadios del béisbol dominicano.

Se moverían más DE mil millones de pesos

Si en el cálculo de 661 millones no se incluye la venta de souvenirs, es decir, gorras, banderias, jackets ni la publicidad, el monto se dispara lejos.

Sin ser un «matemático», estamos hablando de más 1,000 millones de pesos.

En ese escenario, lo más probable es que los equipos ya no necesitarían ninguna ayuda del Gobierno.

En otro orden, felicito al Gobierno porque con todo ese dinero que genera la pelota, el dinero por impuestos que recibe debe ser grande.

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