Impacto deportivo
El proyecto del Quisqueya podría hundir  el béisbol de RD

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Le doy las gracias a Dios por vivir en la República Dominicana.

¿Saben por qué?.

Porque todavía en este país todo el mundo puede expresar libremente sus opiniones.

Escribí una columna oponiéndome al proyecto del estadio Quisqueya.

Los gestores del proyecto dieron su versión y se lo publicamos en la primera página de deportes.

Esa es la libertad de expresión: Cada sector tiene derecho a opinar.

Siguiendo esa misma línea, voy a dar mi segunda opinión sobre el tema.

Si se hace ese proyecto, como se ha concebido, estaría en peligro de la pelota de RD.

Es decir, fácilmente no se jugaría uno de nuestros torneos.

Eso lo voy a profundizar más adelante.

Al leer las explicaciones de proyecto, los promotores “metieron la pata”.

Ellos dejaron colar el dato de que con 18 ó 20 millones de dólares, se podría reparar el estadio.

Yo escribí que se podía hacer con 30. Eso indica, que ahora se haría con menos dinero.

Aquí lo que se plantea es que se tomaría el béisbol como pretexto para una inversión muy alta, improcedente e innecesaria.

Y esa parte es la que alguien debe explicarle al Presidente Leonel Fernández para que retire ese proyecto. Yo digo, y no exagero, que ese proyecto atenta con la economía del país y contra el béisbol.

Otro asunto, los gestores han adoptado un postura arrogante y prepotente contra la prensa deportiva del país.

Como la mayoría de los cronistas han mostrado poco interés por el proyecto, ellos invitaron a gente de política y ejecutivos de medios.

Con ello, se vio un intento por pasar por encima de las opiniones de la gente que hace vida en el estadio Quisqueya. Es decir, “meter miedo” a la crónica deportiva. Y eso, yo no lo acepto.

 El Presidente Leonel Fernández es un  amante de la pelota. Con hacer el estadio, cumpliría con la familia de la pelota.

Y nada más.

Que alguien le diga al Presidente, que yo le admiro, y que amparado en ese sentimiento, le pido que no apruebe ese proyecto como tal.

 Así también piensa mucha gente.

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