En 25 años que llevo en el periodismo deportivo, nunca había visto un fuego tan demoledor como el que está recibiendo Jaime David Fernández Mirabal.
¡Increíble!.
En las redes sociales se lo comen vivo, en radio, TV, y en los periódicos salen frecuentemente quejas y críticas.
¿Y qué es lo que está pasando?.
Yo voy a dar mi opinión sincera.
Primero, Jaime David me decía primo antes de llegar a Miderec, algo que extraño.
Pero, aunque me retiró su cariño, yo sigo pensando lo mismo de él.
Jaime David es un gran ciudadano, decente, capaz y con grandes méritos en la política. Ahora bien, he podido palpar que Jaime no le gusta escuchar.
¡Y eso es malo!.
A las ligas, clubes, federaciones, atletas y hasta a la prensa, hay que escucharla.
¡Nadie es un genio!.
Si Jaime David quiere durar más allá del 16 de agosto en Miderece debe cambiar.
¡Y de manera radical!.
Si quiere, que ni mire a la prensa, pero debe casarse con los clubes, ligas, federados y atletas.
El ministerio de Deportes le da a cualquier político la oportunidad de lucirse. ¡El deporte es lindo, el deporte es alegría, el deporte es familia, el deporte es unión!.
Es imperdonable que Jaime David permita que ya gente le considere como un ministro de Deportes muy malo.
Tiene el tiempo para rectificar y mejorar. Y puede contar conmigo, a cambio de nada.
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