He visto con pena que desde algunos programas de radio y TV están “bombardeando” al Ministro Felipe Payano.

Y todo ha venido con motivo al conflicto del Centro Olímpico

De esa parte ya no pienso hablar, porque expliqué que era imposible pensar que desde el Gobierno existiera un plan para destruir esta instalación.

Y dije, que si eso ocurriera, todos elevaríamos nuestra protesta.

Y algo más trascendente, lo que se hace en el Centro Olímpico escapa del alcance de la Sedefir.

Eso no indica que van a “romper” el Centro Olímpico, pero Obras Públicas, Diandino Peña y Félix Bautista tienen sus planes, pero se asume que dejarán esa instalación en excelentes condiciones.

Pero vamos al tema central:

Ha sido en la gestión de Felipe Payano en la que el deporte y los deportistas han recibido el mejor trato de todos los tiempos.

¿Usted se imaginaba atletas graduándose con la frecuencia de ahora?.

¿Usted se imaginaba atletas ricos, sin ser peloteros?.

Hablamos de atletas con Jeepetas, casas y dinero en el banco.

¿Alguien pensó que los recursos que recibe el COD podía subir de 300 mil a tres millones de pesos mensuales?.

¿Alguien imaginó la mejoría que han recibido las viejas glorias?.

Y podemos seguir.

Lo que se plantea es una gestión de apoyo y en favor de los atletas y deporte nacional.

En tal sentido, creo que Luisín Mejía, presidente del COD, debería ser la primera persona en exaltar a Payano.

Sin embargo, me llegan reportes de que Mejía se estaría dejando influenciar de otros dirigentes deportivos, que lo quieren ver en un franco enfrentamiento con Payano.

Y eso está muy mal.

Sólo falta que le tiren los atletas en contra

Ya lo único que falta es que le tiren los atletas en contra.

Sí, nada es imposible.

Con este “bombardeo”, ya nadie puede extrañar que en breve tiempo atletas se le declaren en rebeldía. Y eso, sería bastante  penoso.

Creo que Luisín debe exigir por un mejor trato al deporte. Un mejor trato a las instalaciones. Un mejor trato a los atletas. Todo eso es normal.

Pero nunca se puede caer en el campo del desprecio.

Y se desprecia cuando se deja de reconocer las buenas obras.

 Ojo con eso.