La columna que escribí ayer sobre la posibilidad de que Leo Corporán sea considerado para el Pabellón de la Fama, en calidad de propulsor, se la mandé a todos los cronistas deportivos.
Usé el archivo genérico de la ACD, donde están todos los e-mails.
Luego, mandé otro e-mail preguntando a los periodistas: ¿Usted apoya o rechaza mi propuesta?
Resultado del sondeo: el 90% de cronistas deportivos dijo que sí.
Nombres:
Leo López, Gustavo Rodríguez, Alexánder Gómez, Primitivo Cadete, Alipio Mota Nina, Renaldo Bodden, Ramón Cuello, en fin, una lluvia de opiniones favorables. En el caso de Cuello y Bodden, hasta lo trataron en vivo en su espacio el Compinche Dominicano, y aprobaron la propuesta.
Usted se preguntará: ¿por qué trato este tema ahora? Simple: de mis 24 años como periodista deportivo, en 21 he estado bien de cerca de Leo.
Eso me ha permitido ver su entrega, su amor, y los resultados en favor de los deportistas, estudiantes, gente enferma, y todo canalizado vía el club Mauricio Báez. En este país tenemos la mala costumbre de reconocer a la gente cuando muere, o cuando está en una edad que ya no puede disfrutar ese tipo de reconocimiento.
Mucha gente me dijo ayer: diste en el clavo.
Sin embargo, no lo dicen en público.
Para mí, ya Leo Corporán es un Inmortal, en calidad de Propulsor.
¡Punto y final!