Impacto económico de la participación de la mujer en la sociedad

Impacto económico de la participación de la mujer en la sociedad

En la realidad socio económica de nuestras naciones la mujer latinoamericana representa aproximadamente el 50% de la población, aunque solo el 66% de ellas tiene empleo en comparación con el 80% de los hombres, según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), así, la cifra de desempleos se alimenta mayoritariamente de mujeres. Esa realidad demuestra la necesidad del apoyo de las instituciones legislativas que creen un marco legal que potencie su posicionamiento y posibilidades de crecimiento con mayores espacios laborales. La mujer necesita mayor formación que la capacite para un crecimiento ordenado y responsable con total conocimiento de los instrumentos financieros que les abran nuevos horizontes, mayor acceso al crédito con nuevos instrumentos diseñados para las realidades de la mujer de las que, prácticamente, en todas las naciones carece.
La liberación económica de la mujer se cuantifica según su capacidad de ingreso y recursos. De acuerdo al Banco Mundial el 49% de las mujeres latinoamericanas y caribeñas tiene cuenta bancaria y 10% obtuvieron crédito, en tanto 54% de los hombres tienen cuentas bancarias y el 13% crédito. En tanto prevalece el apoyo al hombre la mujer padece las limitaciones sociales, y familiares, que la atan. Además, la fatal tradición que arrastran de dependencia debilitan su participación en diferentes sectores y esto provoca que sus aportes no crezcan, en particular, en esta parte del mundo que tanto necesita del aporte de todos para desarrollar la economía que ha sido dañada por tanta explotación indiscriminada, sin tomar en cuenta que cuando se forma a los ciudadanos, todos sin excepción aumentan sus capacidades de consumo, gastos e inversión, con este propósito en mente nadie debe ser excluido y menos esta mitad de la población; ello significa, de hecho, duplicar las posibilidades.
Las féminas enfrentan múltiples dificultades para lograr sus sueños, muchas veces porque no se les ha dado el derecho a tenerlos, es ahí por donde empieza el trabajo de la familia, para lo que resulta necesario exigir a los padres la participación, respeto al trabajo de los educadores, formados adecuadamente, y centros educativos responsables, a falta de la formación ideal de los padres o tutores. La dificultad es aún más acentuada, más cruda, en la mujer del campo por lo que la FAO pide el apoyo a la campesina con títulos de tierras y créditos para que les sea posible obtener insumos agrícolas e introducir tecnología, permitiéndole romper con la dependencia y la explotación económica, incluyendo la atención médica, apoyo a la protección de sus dependientes y su vivienda, todo lo cual, en conclusión, repercutirá en el crecimiento económico del país.

Logrando igualdad de género el PIB de nuestros países alcanzaría un crecimiento de 18 a 20%, según el SICA. La desigualdad no ha aportado ni aportará nada positivo a nuestras vidas, la solución sería la aplicación de justas medidas legislativas y administrativas que erradiquen la discriminación institucional, económica y social.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas