Impacto económico y social de los partos de madres haitianas

Impacto económico y social de los partos de madres haitianas

Durante noviembre de este año, los hospitales públicos del país registraron 9,443 partos, de los cuales 3,777 (40 %) corresponden a madres haitianas. Este fenómeno, que ha sido una constante durante el año, plantea desafíos significativos para el sistema de salud dominicano con profundas implicaciones económicas y sociales, un patrón que lleva años dando resultados semejantes.

El promedio mensual de partos realizados a madres haitianas en este 2024 oscila entre el 32 % y el 40 %, según datos del Servicio Nacional de Salud (SNS). Hasta noviembre, los hospitales dominicanos atendieron un total de aproximadamente 40,000 nacimientos de madres haitianas, con un costo estimado que podría superar los RD$1,000 millones.

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Entre los centros que más partos de madres haitianas reportan figuran la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia y el Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina en Santo Domingo, así como hospitales clave en Santiago, Higüey y la zona fronteriza. Estas instituciones se encuentran bajo una presión creciente para ofrecer servicios a una población que muchas veces no cuenta con documentación ni recursos económicos.

El sistema de salud dominicano enfrenta un desafío monumental. Cada parto en un hospital público genera un gasto significativo que incluye atención prenatal, parto (natural o por cesárea) y cuidados posparto. Según estimaciones, este costo oscila entre RD$25,000 y RD$50,000 por madre, lo que representa una carga financiera sustancial en un sistema con recursos limitados.

Además, el alto porcentaje de cesáreas, que alcanzó el 46.4 % en noviembre, incrementa los costos operativos debido a la naturaleza compleja de este procedimiento y su recuperación. Estos gastos deben ser asumidos en un contexto donde la salud pública dominicana también atiende necesidades de infraestructura, medicamentos y personal médico insuficientes.

El flujo constante de parturientas haitianas refleja la crisis humanitaria en Haití y la incapacidad de su sistema de salud para brindar atención básica a sus ciudadanos. Sin embargo, también pone de manifiesto la sobrecarga que enfrentan los hospitales dominicanos, diseñados originalmente para atender a una población local mucho menor.

Por otra parte, las cifras de mortalidad materna subrayan la vulnerabilidad de las madres haitianas. Hasta noviembre del 2024, el 47 % de las 153 muertes maternas registradas en el país correspondieron a mujeres haitianas. Estas muertes, muchas veces relacionadas con la falta de atención prenatal adecuada, resaltan la necesidad de fortalecer el acceso y la calidad de los servicios para las poblaciones migrantes.

Abordar esta problemática requiere una estrategia integral que combine acciones nacionales y cooperación internacional. Algunas propuestas incluyen:

  1. Fortalecer los controles fronterizos: Implementar sistemas que regulen el acceso de las parturientas haitianas, garantizando que el cruce sea ordenado y con acuerdos binacionales claros.
  2. Cooperación binacional: Establecer acuerdos entre República Dominicana y Haití para compartir los costos de atención sanitaria, con apoyo de organismos internacionales.
  3. Mayor inversión en salud: Incrementar el presupuesto destinado a la salud pública, especialmente en hospitales de alta demanda, para garantizar servicios de calidad tanto para dominicanos como para extranjeros.
  4. Educación y planificación familiar: Promover programas de educación sexual y acceso a métodos anticonceptivos en comunidades vulnerables de ambos países.
  5. Apoyo internacional a Haití: Exigir a la comunidad internacional mayor intervención para mejorar las condiciones sanitarias en Haití, reduciendo así la presión migratoria hacia República Dominicana.

El fenómeno de los partos de madres haitianas en la República Dominicana es un desafío que exige atención inmediata. Si bien implica costos significativos para el sistema de salud, también representa una oportunidad para implementar políticas más sostenibles y fortalecer la cooperación regional. Al garantizar soluciones humanitarias y prácticas, es posible aliviar la carga sobre el sistema dominicano mientras se protege el derecho a la salud de todas las madres y sus hijos, sin importar su nacionalidad.

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