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POR UBALDO GUZMAN M.
El hambre y la desnutrición infantil tienen implicaciones económicas que comprometen el desarrollo a largo plazo del país, incluso el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). La apreciación fue hecha ayer por el representante en el país del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), el economista Pável Isa Contreras.
Indicó que el costo de la desnutrición infantil del pasado es de 3.6% del PIB, lo que representa RD$22,350 millones. Esa cifra es fruto, dijo, de la división de los costos en salud, educación y productividad.
Al participar en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicación Corripio, Isa Contreras sostuvo que la desnutrición infantil de la actualidad repercute en el futuro.
Expresó que las personas que sufrieron de desnutrición infantil crónica tienden a ser menos productivas en su trabajo o que sencillamente mueren.
Indicó que la PMA y la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) hicieron el estudio El costo del hambre: impacto económico y social de la desnutrición infantil, dado a conocer el pasado martes en el Palacio Nacional.
Expresó que esa investigación se enfocó, además de la productividad, otros dos aspectos: los efectos de la desnutrición en la salud y la educación
Sostuvo que la desnutrición infantil se traduce en mayor incidencia de enfermedades, las cuales tienen un costo para el sistema de salud.
Indicó que los niños que sufren de desnutrición crónica tendrán menores capacidades de aprendizaje, por lo cual repetirán cursos con más frecuencia.
Los costos debidos a la pérdida de productividad por mortalidad y años de escolaridad representan el 98%, mientras los costos asociados a la morbilidad por desnutrición son un 2%.
Para el 2004 se estimó que la menor escolaridad generó pérdidas por US$132 millones, lo que equivale al 31% del gasto público en educación.
La pérdida de productividad debido a las muertes que habría generado la desnutrición se estima en US$526 millones, esto es un 2.8% del PIB.
Isa Contreras estuvo acompañado de Mack Ramachandran, asesor de la Oficina Regional del PMA; Cecilia Corporán, especialista en Políticas de Salud, y Carlos Acosta, oficial de la oficina regional.
Asistieron al almuerzo el director ejecutivo de HOY, Bienvenido Álvarez Vega; el subdirector, Nelson Marrero, y el jefe de Redacción, Luis Minier Montero.
Asimismo, el director de El Día, Rafael Morillo Molina, y el subdirector, José P. Monegro; el administrador de HOY y El Nacional, Juan Carlos Camino.
También el periodista Juan Bolívar Díaz, director de Teleantillas, fungió como coordinador; Carmen Carvajal, editora de Economía y Negocios; Emilio Ortiz, editor de Economía de El Nacional, y el administrador de Teleantillas, Valentín Báez.
La desnutrición a temprana edad incrementa el riesgo de las personas de morir y de sufrir ciertas enfermedades, según el citado estudio.
Los menores que han sufrido desnutrición muestran una mayor concentración de casos de repitencia en los primeros grados del nivel primario.
Sostuvo que la desnutrición tiene un impacto negativo en la capacidad productiva de un país, reflejándose en la mortalidad.
Según la investigación, si se considera el potencial laboral de 2,400 horas de trabajo al año, las 265,680 muertes por desnutrición entre las personas nacidas entre 1940 y 1989 significan el 7% de la Población Económicamente Activa (PEA).
El efecto en menor productividad por brecha de escolaridad corresponde a las diferencias de distribución de la población según años de estudio primario y secundario que presentan quienes han sufrido desnutrición global y quienes no.
Para el 2004, fecha de corte del estudio, la menor escolaridad generó pérdidas por US$132 millones, equivalente al 31% del gasto público en educación.
Costo económico del hambre
Según el estudio El costo del hambre: impacto económico y social de la desnutrición infantil, el costo de la desnutrición de acuerdo con los factores se distribuye así:
78.3% a mortalidad
19.7% a deserción
1.9% a morbilidad
0.1% a repitencia.
Los efectos de la desnutrición en la productividad por mortalidad en el país de personas nacidas entre 1940 y 1989:
37,982 entre 15-24 años
61,434 entre 25-34 años
72,888 entre 35-44 años
55,795 entre 45-54 años
37,580 entre 55 y 64 años.
Esas muertes, un total de 265,680, representan una pérdida de 637 millones de horas, equivalente al 7% de la PEA.
