Por Narolly Alberto Nutricionista – Dietista, MSc Nutrición Clínica/@nutricionistanarolly
Todos tenemos una abuela, tía o vecina quien siempre está pendiente a la correcta alimentación de acuerdo con “su experiencia”, o a lo que ha escuchado por ahí. Estos consejos pueden representar una problemática importante cuando vienen de personas que practican la nutrición sin ser personal de salud certificado. Esto se agrava mucho más cuando hablamos de pacientes con alguna condición de salud- pacientes renales, oncológicos, diabéticos, etc. – ya que estos pacientes tienen alto riesgo de malnutrición o de empeorar su cuadro y por ende necesitan una orientación oportuna sobre los beneficios de una adecuada alimentación. Es sumamente importante que en el manejo integral de los pacientes se encuentre un Nutricionista – Dietista implementando una correcta educación nutricional y enseñando buenas prácticas dietéticas, para que estos pacientes puedan recibir una guía nutricional personalizada y adaptada a su condición de salud, de acuerdo con sus requerimientos nutricionales y energéticos y con esto, a su vez, garantizar un adecuado estado nutricional.
Como Nutricionista-Dietista, en el ámbito laboral mi mayor deseo es ver un progreso en cuanto a Nutrición en sentido general en nuestro país: A nivel hospitalario que exista una unidad de nutrición conformada por el equipo completo y un nutricionista-dietista en todas las cocinas de cada centro de salud. A nivel de agricultura un nutricionista que forme parte de un equipo que oriente hacia necesidades de siembra y asegure inocuidad de los alimentos, pero más aun a nivel académico, que exista un plan de implementación de educación nutricional desde nuestros pequeñines hasta los jóvenes universitarios. Tanto la infancia como la adolescencia son dos etapas de aprendizaje importante. Una correcta educación nutricional nos ayuda a adquirir conductas positivas en relación con nuestra alimentación y contribuye a mejorar aquellas costumbres menos adecuadas.
Promover la educación nutricional es un trabajo continuo y compartido. Profesionales sanitarios, maestros, padres y entorno familiar, así como los medios de comunicación y la industria alimentaria deben fomentar el entorno adecuado para conseguir aumentar los conocimientos en esta materia, generando un punto de vista crítico en lo referido a la adecuada alimentación y teniendo precaución de no abrir puertas al intrusismo profesional y a la desinformación. Los beneficios de la educación nutricional pueden ser infinitos, desde influir sobre recomendaciones de consumo de alimentos, buenas prácticas dietéticas, hábitos de higiene básicos hasta sobre la seguridad alimentaria de una nación. Abarca extensamente y nos ayuda a fomentar una cultura alimentaria centrada en transcender positivamente sobre la salud de todos.
Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a sodonuclim@gmail.com y nos puedes encontrar en @sodonuclim.