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Los lugares de mayor ocurrencia de accidentes de tránsito fueron como siempre las ciudades y poblados, siendo la causa principal de éstos la “imprudencia de los conductores”. Se registró mayor número de accidentes de 11 a.m a 12 pm., horas éstas en las cuales el número de vehículos en la circulación llegaba en aquella época a su máxima actividad, debido a la salida de empleados de comercio y de obreros de sus respectivos centros de trabajo. El Distrito Nacional y la provincia de Santiago registraron el mayor número de accidentes con 648 y 127, respectivamente. Es importante hacer notar que a pesar de haber ocurrido mayor número de accidentes en el Distrito Nacional que en Santiago, en esta última el mayor número de víctimas, o sea 130 por 121 en el Distrito Nacional.

La observación y el análisis de los datos que hemos ofrecido, y los que iremos suministrando, nos arroja cifras reveladoras de un aumento apreciable en los accidentes de tránsito terrestre, que nos obliga a una profunda meditación frente a este problema. De no intensificar las campañas educativas de tránsito, de no aumentarse los capítulos destinados en el presupuesto de los ayuntamientos, del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, y el Departamento de Tránsito de la Policía Nacional, de no crearse los organismos necesarios para evitar esta clase de accidentes, irremediablemente el país tendrá que lamentar cuantiosas pérdidas de vidas y tendrá un sin número de mutilados en los años venideros. Si se observan tan solo los datos ofrecidos en el año 1960 y los no oficiales para los 1961-1962 y los del 1990-1991 se ve que el país tiene que realizar algo más que una simple labor educativa, que necesita de una rápida y eficiente legislación de tránsito, de una adecuada distribución de la circulación en las ciudades, principalmente en las de Santo Domingo, Santiago, San Cristóbal, San Francisco de Macorís, La Vega y San Pedro de Macorís, localidades éstas donde el número de vehículos es mayor y donde el tráfico es extremadamente caótico.