Fernando Álvarez Bogaert
In memoria de Gianni Vicini,
amigo muy especial
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Por: Fernano Álvarez Bogaert

El tema de la energía solar se desarrolla en la actualidad teniendo como telón de fondo una ola de innovaciones tecnológicas que han impulsado avances en la eficiencia de los paneles solares, el desarrollo de sistemas de almacenamiento como las baterías de iones de litio y la integración de esta energía en redes inteligentes, transformando el panorama energético global. Estas innovaciones no solo mejoran la eficiencia y accesibilidad a esta energía, implican otras aplicaciones en sectores tecnológicos. Los paneles más avanzados en la actualidad pueden convertir más del 20% de la energía solar en electricidad consumible superior a tasas de eficiencia del 12 al 15% de hace una década.

La energía emanada del Sol juega papel excepcional en aumentar la resiliencia de las comunidades frente a desastres naturales y fallos en las redes eléctricas. Los sistemas solares descentralizados: techos solares y redes pueden mantener el suministro eléctrico en áreas afectadas por huracanes, terremotos o incendios forestales, resaltando su efecto positivo en la educación y la conciencia ambiental; observar los beneficios tangibles que presenta, permite que las personas sean más conscientes de la necesidad de proteger el medio ambiente y la importancia de las energías renovables, lo que puede traducirse en cambio cultural, generando un estilo de vida más sostenible y de mayor participación en políticas ambientales sostenibles en el tiempo.

El Sol nos trae con su potencial energético beneficios que repercuten en lo ambiental, económico y social, posicionándose como pieza clave en la transición hacia un futuro energético razonable. La adopción y expansión de esta energía permite un cambio positivo en la vida del ciudadano de las presentes y futuras generaciones al replantear la relación ser humano-naturaleza-economía-tecnología-comunidad, mitigando los impactos del cambio climático e impulsando el desarrollo económico, la innovación tecnológica y la resiliencia comunitaria.

La energía en cuestión es fuente de limpieza y sostenibilidad; sin embargo, su desafío a gran escala está relacionado al almacenamiento y los costos iniciales. En los últimos años se han logrado avances significativos en ambas áreas, impulsado la viabilidad y la accesibilidad a hogares, empresas y redes eléctricas. Con relación al primer desafío, el almacenamiento, las baterías de iones de litio lo han revolucionado. Eran, inicialmente, desarrolladas para dispositivos electrónicos, siendo adaptadas para aplicaciones a gran escala. La capacidad instalada de energía solar ha crecido exponencialmente.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la capacidad solar fotovoltaica global alcanzó aproximadamente 760 GW en 2020, un aumento significativo respecto a los 40 GW en 2010.

Los proyectos solares a gran escala como las plantas en China, India y EE. UU. han contribuido significativamente al aumento de la capacidad de almacenamiento y la reducción de costos, indicando que las baterías de estado sólido son una innovación emergente que promete mejorar en mayor proporción el almacenamiento energético solar utilizando electrolitos sólidos en lugar de líquidos, aumentando la seguridad y la densidad energética.