Importancia de la estimulación temprana

Importancia de la estimulación temprana

La estimulación temprana para niños y bebés no es simplemente dar una serie de ejercicios, masajes y caricias. Es mucho más que eso y permite brindar  ayuda a los niños en el proceso de formación de su estructura cerebral.

Las habilidades, aptitudes y actitudes dependen 50% de los estímulos y 50% de la manera como se brinden. La estimulación es adecuada cuando se conoce cada paso del proceso de formación de la estructura cerebral humana.

Y es que desde el momento en que la madre se entera de que está esperando un bebé empieza  la estimulación.  Su  objetivo principal es responder a las necesidades de cada niño.

Estimulación prenatal y postnatal. Desde el momento que la madre se entera del embarazo estimula a su bebé hablándole, cantándole y tocando su vientre, ejercicios a los cuales también debe integrarse el padre, hablándole y cantándole también. Esto lo ayudará a desarrollar sus sentidos, especialmente el de la vista, oído y  tacto.

Ya después del nacimiento, desde el momento en que el niño tiene el primer contacto con su madre, ya comienza a recibir estimulación. Durante los primeros tres años de vida se  debe aprovechar y potencializar sus habilidades a través de diferentes actividades y juegos que pueden practicar tanto familiares (padres, abuelos, etc.) como nanas.

 Así lo recomienda la educadora inicial Pilar Rubio Muñoz,  especializada en estimulación temprana y atención integral al niño menor de tres años, quien señala condiciones requeridas para proveer la estimulación temprana. 

El entorno adecuado. La primera de las condiciones para la estimulación es que las necesidades básicas del niño estén resueltas: que el bebé esté seco, no tenga hambre, calor, ni sueño. Esto  permitirá crear el ambiente. 

El lugar adecuado debe tener buena luz, ser fresco y no debe tener demasiados juguetes, cuando el niño tiene demasiados juguetes a su disposición, no juega con ninguno.

Rubio Muñoz recomienda que en la habitación del niño los juguetes estén dosificados: “si tiene diez juguetes guarde cinco y en un período de tres meses saque los cinco guardados y sustitúyalos, así el niño sentirá que tiene juguetes nuevos”.

¿Cómo saber  si mi hijo necesita  estimulación especial?  Existen hitos de desarrollo que permiten marcar la pauta. Por ejemplo, un niño debe sostener su cabeza a los tres meses y dar respuesta social. A esta edad sonríe al hablarle  y contesta con un balbuceo. Debe sentarse a los seis meses y gatear hasta los diez meses. 

“Si estos factores no se dan, entonces como padres, o como profesional que atiende al infante debe tomar decisiones que favorezcan  un óptimo desarrollo”, apunta la especialista.

Un trabajo de toda la familia. Rubio Muñoz, quien  dirige el  centro Amazing Babies and Kids, señala que “el programa de estimulación temprana incluye a la familia, pues los niños no van solos a recibir la estimulación, llegan acompañados  de papá, mamá, la abuela, el tío, la tía, lo que garantiza que el adulto aprende y puede  seguir estimulándolo en la casa para que el pequeño tenga un desarrollo integral, adecuado y oportuno de acuerdo a sus necesidades particulares”.

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