Importancia de las buenas grasas en la alimentación

Importancia de las buenas grasas en la alimentación

POR DRA. SILVIA JIMENEZ
-Estimada Dra Jiménez: Puede usted darme información sobre la importancia de los ácidos grasos esenciales (o grasa buena), y su papel en la osteoporosis. Sé que se pueden obtener de ciertas clases de pescado, pero en mi familia no somos amantes de comer pescado. ¿Hay otras fuentes de ácidos grasos esenciales que pueda incorporar a la dieta de mi familia? Melisa

– Estimada Melisa: Los ácidos grasos esenciales, conocidos como omega 3 (ácido alfa linoleico) y omega 6 (ácido linoleico), son parte de numerosas funciones metabólicas. Se les llama “esenciales”, porque deben obtenerse con la dieta diaria (el cuerpo no los manufactura). Desafortunadamente, con la dieta altamente procesada de nuestros días, un gran porcentaje de la población tiene deficiencia de estos nutrientes tan importantes.

Estudios clínicos sugieren que los humanos evolucionaron alimentándose con una razón de 1 a 1 de omega 3 y omega 6. En la dieta moderna promedio, la ingesta de omega 6 es de 15 a 16 veces mayor que la ingesta de omega 3, y esto promueve la aparición de numerosas enfermedades crónicas. El omega 3 y 6 trabajan en conjunto y tienen que hacer una “mezcla” con los porcentajes adecuados de cada uno, para poder funcionar en forma eficiente.

El omega 3 se encuentra en pescado de aguas frías como el salmón, atún azul del Atlántico y macarela, así como en algas de mar, semillas de linaza (flax seed) y semillas de ajonjolí. El omega 6 es abundante en aceites vegetales, nueces y fuentes de grasa animal.

Cada célula del cuerpo está rodeada de la “membrana celular”, y los ácidos grasos esenciales son elementos esenciales de ésta. Si la alimentación se compone de frituras (ácidos grasos trans), margarinas, manteca, grasas de origen animal y aceites tropicales parcialmente hidrogenados, estos serán los materiales que la célula tendrá que incorporar a la membrana celular, por falta de los ácidos grasos esenciales. La consecuencia será, membranas celulares “defectuosas” e incapaces de realizar funciones vitales como el intercambio de nutrientes, liberación de desechos metabólicos, e inhabilidad para “comunicarse” con otras células (fundamental sobre todo en las células cerebrales).

Los ácidos grasos esenciales son necesarios para la producción de unas sustancias parecidas a las hormonas, llamada “prostaglandinas”. Estos químicos naturales son parte fundamental de la regulación del dolor, curación de heridas, producción hormonal, función de los nervios y la respuesta alérgica (sólo para nombrar unas pocas).

Numerosos estudios científicos publicados en revistas médicas de renombre enumeran los beneficios de los ácidos grasos esenciales en el tratamiento de: presión alta, elevados niveles de colesterol, trombosis venosa profunda, enfermedad cardiovascular, cáncer, depresión, déficit de atención, problemas de concentración, obesidad y osteoporosis.

Cuando la persona está joven, la formación y reabsorción del hueso está en un balance, incluyendo nutrientes como la vitamina D, calcio, sodio, proteínas, y estilo de vida, como el hacer ejercicio o levantar pesas. Con el paso de los años, la reabsorción es mayor que la formación de hueso, y en estos casos, aparece la osteoporosis.

 Estudios clínicos han demostrado que los ácidos grasos esenciales pueden mejorar numerosas reacciones fisiológicas y bioquímicas en el cuerpo, que aumentan la respuesta al ejercicio. Éstas incluyen el aumento de la oxigenación celular de los tejidos y la habilidad para absorber y utilizar oxígeno. Para las personas en programas de pérdida de peso, es fundamental el aumento de la fortaleza física, para poder hacer ejercicio en forma regular y aumentar no solo la capacidad aeróbica, sino la masa muscular, base para una mejor tasa metabólica y quema de calorías.

Numerosos estudios en humanos y animales han indicado la importancia de los ácidos grasos esenciales para aumentar la absorción de calcio, aumentar los efectos de la vitamina D y aumentar la fortaleza de los huesos. En estudios clínicos en animales a los que se les administró una dieta pobre en ácidos grasos esenciales, se documentó la aparición de osteoporosis.

Recomendaciones para mejorar la ingesta de “grasas buenas” en la alimentación:

  • Disminuya la cantidad de grasa saturada (de origen animal) en su alimentación.
  • Si le gustan los productos lácteos, trate de comprar leche baja en grasa y consuma los quesos con moderación.
  • Incorpore el pescado a su dieta, por lo menos dos veces por semana.
  • Elimine alimentos que contienen aceites parcialmente hidrogenados como la margarina y algunos aceites vegetales.

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