Importancia de las habilidades del médico
con el paciente

Importancia de las habilidades del médico <BR>con el paciente

POR BRÍGIDO MONTÁS
Los adelantos médicos y sociales propician que el hombre viva bastante más tiempo que las generaciones anteriores, sin embargo, unas declaraciones tan positivas tienen su lado oscuro, por que el médico de hoy cuando reciba al paciente debe tener en cuenta la historia del individuo y el aporte del medio exterior que llamamos cultura y tratar al paciente con minuciosidad y gran sencillez y conservar aquella verdadera modestia, base del ejercicio del arte médico.

El médico debe poseer una actividad serena de quien sabe que sanar es difícil, que las apariencias son engañosas y que el discurso del paciente tiene la doble función de informar o de extraviar.

El avance de la medicina depende de la unión del arte clínico con la ciencia de alta tecnología. Los métodos sofisticados de investigación mejoran la percepción y enriquecen la información clínica, pero los médicos deben saber interpretar los resultados generados con los instrumentos que usamos.

Los médicos deben estar conscientes de las limitaciones y las posibilidades de error. La dependencia acrítica de los valores obtenidos por las máquinas pueden ser peligrosos.

La modestia, la verdad, es la actitud inspiradora de las palabras del centurión romano y que todo médico podría ser suya de este modo: «Inspiran una palabra, y el enfermo que me consulte será curado».

Hace 30 años, Gobber escribió: «Por más que las ayudas mecánicas y dispositivos para medir aumenten la capacidad de los médicos para servir al paciente, no reemplazar al facultativo, son simples auxiliares de la relación entre el médico y el paciente; no pueden reemplazar el arte. Se puede hacer un diagnóstico clínico después de tomar una cuidadosa historia y un competente examen físico. Una vez hecho el diagnóstico el médico debe preguntarse: ¿Qué más necesito saber?, ¿Cuáles son las pruebas más apropiadas?, ¿Son seguras?, si no se procede de esta forma se produce una avalancha de investigaciones y pruebas que prácticamente toman el control del caso y hace que los familiares y el paciente pierdan la confianza del facultativo y por el contrario hacen que el mensaje del médico resulte digno de crédito, estructuralmente tranquilizador. La expresión de la confianza que debe tener el paciente hacia su médico, se define en picas palabras Shakespeare, poniéndola en boca de Julieta, cuando responde a Romeo que intenta justificarse: «Te amo y te creo».

Los médicos deben tener presente que muchos pacientes se sientes impresionados con el despliegue de equipo disponible para su tratamiento, se quejan de que los especialistas ya no les escuchan, pues parecen demasiado ocupados con los instrumentos y los resultados de las complejas pruebas. Cuanto más los médicos se obsesionan con los resultados instrumentales, menos propensos parecen a hablar con los pacientes. Pero los pacientes se comunican más fluidamente con los médicos que con las computadoras, y se puede estimular esta comunicación mediante un buen enfoque clínico.

Además, la comunicación mejora la relación médico-paciente y minimiza los riesgos de litigio. Los médicos también deben tener presente que en lo que se confiere al tratamiento, quien debe ser tratado es el paciente, y no simplemente la enfermedad, que parece revelada por los resultados de la prueba, se debe mostrar en qué forma las habilidades clínicas y las altas tecnologías se encuentran relacionadas de manera indivisibles. Gracias al Dr. Frank Miniño L., uno de los maestros de la urología dominicana, por haber recordado a este autor, en los años como residente de urología, cuando estuvo a su lado, su experiencia larga y fructífera, su permanente reflexión, su disponibilidad hacia los demás, esencia de su trabajo, se hayan presentes en este médico escritor siempre, pues enfatizan las enseñanza de habilidades clínicas-quirúrgicas en la residencia de urología.

La medicina hoy en día se vuelve más compleja por la alta tecnología que está recibiendo y se cree que es más necesario tomar en cuenta las habilidades básicas, y más difícil será restaurarlas una vez se hayan perdido.

Se debe prestar atención a la voz desesperada por el paciente atrapado por la tecnología que existe entre la comunicación médico-paciente, se está perdiendo y lo más importante es no olvidar, que no hay enfermedades, si no enfermos; que cada persona debe ser tratada teniendo en cuenta sus características personales y su realidad cotidiana y así todos viviremos mejor.

*¨El autor es jefe del departamento de Urología del Hospital Juan Pablo Pina, San Cristóbal.

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