«El hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona».
Friedrich Hölderlin.
El sueño nos abre una ventana natural a una gradación infinita de realidades coexistentes y simultáneas. Durante estos días de “recogimiento social”, prefiero llamarlo así para no en el inconsciente el dolor que se asocia a los significados de “castigo” que se relacionan con el aislamiento, muchas personas me han contactado para contarme sueños llamativos.
El 33% de nuestras vidas pasa mientras estamos durmiendo. La inconsciencia y la poca atención que le dedicamos a nuestros sueños, son semejantes a la inconsciencia con la que vivimos el 66% de la vida en vigilia. El sueño tiene contenidos que vienen de la vida cotidiana, y de igual forma, la vigilia tiene un alto componente de nuestros sueños.
Evito las interpretaciones de sueños. El Ancestrólogo chileno Pedro Enge, licenciado en literatura hispánica, nos recomienda renunciar a las traducciones, y respuestas superficiales a lo soñado. Por el contrario, la mejor vía es permitir que el sueño nos abra sus puertas.
El psicoanalista junguiano R. Bosnak dice: “Cada sueño es un acto de genialidad, una creación del Espíritu”. La mayor parte del tiempo estamos dormidos. Es como si viviéramos un sueño sin damos cuenta. Vamos mentalmente del pasado al futuro, sin apreciar el presente.
La cantidad de contenido psíquico que no hemos podido poner en un buen lugar, a causa del impacto que esta teniendo la pandemia en nosotros, afecta no solo nuestros hábitos de sueño, sino que también impacta en su contenido. El cineasta y escritor Alejandro Jodorowsky chileno, de ascendencia judío-ucraniana, expresa: «DE este sueño inconsciente que suele ser nuestra vida hay que hacer un sueño lúcido». El sueño lúcido es una invitación a despertar nuestra consciencia.
Como el lenguaje onírico es poético, debemos darnos el tiempo para que el sueño se comunique con nosotros en su propio idioma, y tengamos la sensibilidad para comprenderlo. Cuando aumentamos nuestra vibración al nivel de nuestros deseos, accedemos a una vacuidad preñada del puro potencial de la energía universal. Entonces, participamos del sueño de la Creación y recordamos nuestra esencia.
Conocer las diferentes clases de sueños puede ser de ayuda. Estos son:
1.Sueños ordinarios o etéricos: Son los sueños cotidianos que llegan cargados con los asuntos emocionales de nuestra vida interior y exterior.
2.Sueños de sabiduría o itéricos: Son una clase de sueños en los que el contenido, la simbología o las sensaciones contenidas en ellos, nos revelan que hemos adquirido un conocimiento proveniente de fuentes elevadas. Potencialmente, nos brindan la oportunidad de aplicar la información recibida en nuestra vida diurna.
3.Sueños psíquicos: En ellos, la persona sirve como una antena para recibir –espontáneamente- conocimientos que no tienen conexión con la experiencia conciente. De este modo, se crea el espacio para entrenar las capacidades intuitivas, como la telepatía (conocimiento de hechos paralelos) o clarividencia (conocimiento de hechos que tienen lugar en el futuro).
4.Sueños recurrentes: Son los que se repiten varias veces de modo idéntico o con pequeños cambios. Terapéuticamente, son considerados sueños de importancia porque suelen expresar pautas fundamentales que se encuentran “bloqueadas”. El soñador inconsciente a la situación de su psique, ni fluye ni cambia viviendo entonces estas pautas en forma de angustia.
5.Sueños predictivos: Se refieren a la percepción que implica información futura, que no puede ser deducida de lo que se dispone en el momento del sueño. A veces, los acontecimientos se dan en el porvenir tal cual fueron soñados por lo que también estos sueños son llamados visión de futuro.
6.Sueños de prospectiva: Son los sueños orientados al futuro, pero sólo representan potencialidades o alternativas de acción.
7.Sueños de confirmación: Son los que afianzan una decisión que ha sido tomada y que comprueban un nuevo paso que hemos dado en nuestra vida. En ellos el aval de nuestra sabiduría interior se ratifica de un modo significativo.
8.Sueños lúcidos: Son aquellos en los que experimentamos un estado en el que nos vemos con fuerza de voluntad y capacidad de decidir. El soñador sabe que está soñando, pero lo vive como si observara un sueño dentro de otro sueño.
9.Sueños terapéuticos: En estos la lucidez es utilizada para curar una herida, o consolarnos de una carencia que experimentamos durante la vigilia. En algunos casos, la ayuda nos llega gracias a la intervención de los antepasados o de seres queridos que han muerto.
10.Sueños de incorporación: Cuando estamos dormidos somos bombardeados por infinitud de sonidos, cuando la mente incluye en el sueño los estímulos externos, que llegan a través de los sentidos se llama sueño de incorporación.
11.Sueños grandiosos: Evoca un sentimiento particularmente poderoso y que contiene un simbolismo universal y trascendente. Su significado nos provoca respeto y nos señala una dirección curativa en la vida. Suelen tener una cualidad sincrónica con aspectos del exterior.
12.Sueños de la sombra: En ellos, la protagonista es la sombra, o aspecto reprimido o negado de la psique, en el que hacemos algo extraño o algo que no nos atreveríamos a realizar en la vida ordinaria. Nos sorprende y asusta por ver afuera toda la oscuridad que no ha sido reconocida; avaricia, violencia, envidia, odio, lujuria o cualquier otra cuestión oculta.
13.Sueños inspiradores: son sueños puente que nos ponen en contacto con una revelación sobrenatural o divina. Los sueños inspiradores, suelen estar acompañados de ciertos símbolos o emociones que inspiran algunas creaciones artísticas, científicas o espirituales en el soñador.
14.Pesadillas: Sueños de ansiedad extrema en los que surge con plena fuerza aquello que la persona no enfrenta concientemente. El inconsciente aprovecha la ausencia de resistencia durante el sueño para inquietar, despertar la curiosidad, llamar, rogar o perseguir al soñador para que le haga frente a lo que teme. Se experimenta en forma de peligro, aniquilación o miedo indeterminado y extremo.
Cualquier mensaje que nos envía el inconsciente es de gran utilidad. Jodorowsky recomienda que el soñante le pregunte al sueño: ¿Qué me quieres decir?, o lo que es igual, ¿Qué me quiero decir a través de este sueño?