Importancia del estudio de la historia

Importancia del estudio de la historia

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La historia no es un juego, no es un decir o un escribir las cosas de un país, una región o un continente o del mundo en un orden determinado y cronológico y de una manera agradable para el que la lee o la escucha en una clase; no, la historia es un tablero con una plataforma gigantesca, allí se mueven  los hechos y los hombres de una manera compleja, cada paso que se adelanta significa un esfuerzo, cada conclusión a que se llega es producto de una labor de muchos años, de tiempo y perseverancia; porque los historiadores no se improvisan, se forman en el estudio y en la observación, son como los artistas, nacen con esa inclinación, luego la escuela y observaciones y la dedicación, los forma o mejor dicho los modela. El historiador necesita ser eminentemente culto, desde luego que haciendo caso omiso del que solo le interesa los documentos por los documentos en sí, nunca para interpretarlos y llegar a conclusiones satisfactorias; por eso el historiador en el sentido amplio necesita ser hombre experimentado en los sucesos de la vida, haber llevado una vida intensa y ser radical en sus actuaciones; pero esta manera de actuar de él, debe llevarlo a realizar las ratificaciones que su labor le impone, si no cumple con esta función por temor a su reputación, debe olvidarse  de la historia, porque su labor es de las que se ennoblecen solas sin el impulso de las circunstancias; cualquiera que sea el sitial que él ocupe, sea desde la tribuna de la escuela o de la escritura de los libros de su especialidad, si no cumple con su deber, debe alejarse de él, porque la función de los historiadores es fundamental; camino de la verdad circunstancial, la inalterable, básica.

Ahora bien, existe todavía algo fundamental en la historia, y es la capacidad intelectual y asimilativa de los encargados de formar en el niño o el joven un concepto claro y preciso de lo que es esta asignatura, de su importancia inmediata, puesto que sus conocimientos los aplicamos a diario en la vida ordinaria. Los maestros necesitan prepararse bien: estudiar, hacer cultura, extenderse más allá de los límites fijados por sus programas de enseñanza, para poder formar un concepto más amplio de la parte del curso que se les tiene destinado.

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