Punta Cana, Higüey.-Durante meses, el joven costarricense Darío Fernández mostró un inusitado empeño en colocar, todos los días y a la misma hora, ratones en una jaula para alimentar a “Bertha”, “Gavi” y “George”, los tres polluelos de Gavilán de la Hispaniola que nacieron en el Parque Nacional de Los Haitises y fueron trasladados al área protegida de la Fundación Ecológica Punta Cana, como parte del novedoso proyecto de recuperación de esta ave endémica, empujada a los límites  de la extinción por acciones del ser humano.

Puntual, a las 5:00 de la mañana, Darío dejaba dentro de la caja de madera tres o cuatro ratones muertos para alimentar a lo que él llama “mis bebés”. No había contacto de ningún tipo entre el joven y los gavilanes.  El joven dejaba los alimentos y se retiraba. Las tres aves llegaron, indefensas, con un plumaje blanco y, a medida que crecían y se desarrollaban, sus plumas de la parte superior se tornaron marrón-gris, su pecho y abdomen gris con manchas  marrón y hermosa cola negra. Sus  patas color amarillo crecían  y sus afiladas garras se fortalecían. El ciclo natural de vida marchaba viento en popa.

Los vio crecer y desplazarse en el área. Observó de cerca sus ensayos de vuelo y  su desplazamiento en el área. Estuvo atento al movimiento de los tres gavilanes cuando las aves retornaban al árbol donde fue colocada la caja de madera. Siguió cada movimiento en el espeso bosque a través de un sigiloso y discreto monitoreo de telemetría.  Disfrutó cada momento del crecimiento y desarrollo, hasta que, finalmente, llegó el momento de decir adiós.

Sus amigos de la Fundación Ecológica Punta Cana y de la Sociedadad Ornitológica de La Hispaniola  recuerdan, melancólicos, el momento dramático en que Darío Fernández no pudo contener la emoción y estalló en llanto y lágrimas cuando, frente a la vegetación,  se despidió simbólicamente de los tres gavilanes a los que alimentó y protegió casi con vehemencia, como  si fuesen sus hijos biológicos. El joven de Costa Rica partió a África.

Los tres ejemplares tienen un magnífico aspecto. Superaron la etapa crítica. Después de tres meses, empezaron a cazar solos. Se desplazan en distintas direcciones en la extensa área protegida, bajo absoluto control de la Fundación. En la zona está prohibida la cacería de cualquier especie.

Los gavilanes van de un lado a otro. Personal de la Sociedad Ornitologica reportan que los han observado cazando culebras verdes, roedores, lagartos, murciélagos, anfibios, insectos y pequeñas aves.

A partir del año 2010, se importarán ratas ecológicas muertas desde Estados Unidos para alimentar a estas aves, cuya responsabilidad recae sobre la SOH. La importación fue autorizada por la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Cientos de afiches educativos han sido colocados en toda la zona de Punta Cana y Bávaro para proteger esta especie endémica de nuestro país.

El mensaje es claro: Los Gavilanes de la Hispaniola, si bien tienen algún parecido, no son Guaraguos ni Cernícalos o Cuyayas. Esta ave es dócil, mansa y confiada y rara vez ataca pequeñas aves de corral. Incluso, comparte su nido con la Cigua Palmera y no ataca sus pichones.

Los campesinos, temerosos de que el Guaraguao o el Cernícalo ataquen los polluelos de sus gallinas, los eliminan con escopetas, trampas o tirapiedras.

Sin embargo, este gavilán endémico no atacada gallinas ni pollos. Tampoco otros gavilanes reubicados en Loma La Herradura, en la Cordillera Oriental, entre la comunidad de Pedro Sánchez y Miches. Los terrenos son propiedad del Central Romana. Estas aves endémicas forman parte del proyecto “incrementando la distribución y abundancia de la población del Gavilán de la Hispaniola  en áreas históricas afuera del Parque Nacional Los Haitises”, que ejecutan la SOH y The Peregrine Fund (TPF).

Se tiene conocimiento de la existencia de 313 gavilanes. Su nombre científico es Buteo ridgwayi y es endémico de la isla La Hispaniola. No existe en ninguna otra parte del mundo. La población de estas aves se concentra en el Parque Nacional  Los Haitises, principalmente en la localidad Los Limones, cerca de la localidad  Gonzalo, donde se pretende  instalar una cementera.

El hábitat del Gavilán de la Hispaniola ha sido destruido, en la mayoría de los casos, por el mayor predador que se conoce: el hombre. Estas aves habitan en los bosques neotropicales de Los Haitises, al pie de mogotes forestados, en algunas zonas alteradas por la agricultura y en sabanas con árboles grandes, tales como ceibas, palmas yagrumos, cocos y jobos.

El proyecto

Luego de cinco años de investigaciones sobre la ecología de estas aves, se trabaja actualmente en lograr la reintroducción del Buteo Ridgwayi en sus áreas de distribución histórica. Estas áreas se determinaron con base en los lugares donde habían sido colectados ejemplares durante los últimos 100 años.

Se está realizando una dispersión asistida de los gavilanes hacia las afueras del Parque Nacional Los Haitises, trasladándolos a sitios convenientes y a las áreas en que habitó históricamente (bosques y hábitat arbolado que contenían una amplia cantidad de la presa) y que cuentan con poca o nula presencia humana para evitar perturbaciones en su hábitat y reintroducción. Esto ha sido posible gracias a la Fundación Ecológica del Grupo Punta Cana y a Central Romana, que poseen terrenos aptos para la recuperación de la especie y colaboran con toda la logística que el proyecto requiere.

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¿Quiénes son?

La Sociedad Ornitológica de la Hispaniola (SOH) es una organización dedicada a la   preservación de la biodiversidad de la Hispaniola y sus respectivos hábitats, lográndolo a través de la investigación, educación comunitaria y capacitación profesional”. Los proyectos abarcan todo el territorio de la Hispaniola, principalmente en los parques nacionales de Los Haitises y Bahoruco. El trabajo es posible gracias al apoyo de The Peregrine Fund (TPF). jbrocca@soh.org.do

Se extingue

En 1981 se publicó un trabajo realizado en la Hispaniola. El Gavilán fue reportado en 27 lugares. En el año 2002 se iniciaron los estudios, tratando de identificar en el país los lugares donde todavía está presente la especie. Pero debido a la destrucción de sus hábitats y a la persecución a la que se ha sometido esta especie, su distribución ha disminuido considerablemente, encontrándose la mayor población restringida a la zona de Los Haitises y sus áreas periféricas.

El estado de peligro críticamente del Buteo ridgwayi  se debe a la rápida declinación y el tamaño pequeño de la población existente. Para poder revertir esta tendencia y que el gavilán pueda descender de categoría, requiere que la tendencia de la especie se mantenga y aumente su cantidad y su distribución. Estos dos criterios pueden ser implementados estableciendo al gavilán en un hábitat conveniente, preferentemente  áreas protegidas o en tierras privadas a las afueras del parque Los Haitises”.