Imposible con esa presión tributaria

Imposible con esa presión tributaria

El proyecto de Presupuesto General del Estado para el 2018 proyecta ingresos (corrientes, donaciones e ingresos de capital) por un total de RD$602,887.0 millones, equivalentes al 15.6% del PIB y recaudaciones (presión tributaria) por RD$562,514.4 millones, equivalente apenas al 14.5% del PIB, a mi juicio muy optimista, con obligaciones fijas en materia de educación, pago de intereses de la deuda pública, subsidio eléctrico y otros; y aun así la meta de déficit es menor al actual, se aumentan importantes partidas a una serie de instituciones y se mantiene un adecuado nivel de inversiones en obras prioritarias.
En América Latina y el Caribe la presión tributaria promedio fue de 22% del PIB en 2016 (en los países de la OCDE ascendió a 34.9%); mientras República Dominicana en este año 2017 con mucha suerte se llegará a 14% del PIB, la más baja de la región con excepción de Guatemala, y para el ejercicio del año próximo se aspira a elevarla en 0.5 puntos porcentuales en base a la reducción de la evasión.
Para el proyecto de presupuesto de 2018 se contempla el compromiso del 4.0% del PIB para la educación preuniversitaria (RD$152,765.4 millones), 0.3% para la superior, 3.5% intereses de la deuda pública, subsidio eléctrico 0.6%. Resulta que esos capítulos consumen el 8.1% del PIB, por eso es imposible satisfacer las aspiraciones legítimas de sectores e instituciones porque la sabana no alcanza para más.
Con ingresos totales equivalentes a RD$602,887.0 millones y gasto total por un monto de RD$689,886.2, es inevitable un déficit fiscal de RD$86,999.1 millones, equivalente al 2.2% del PIB, lo cual significa que el endeudamiento del Gobierno Central se incrementará en ese mismo monto. Gracias al déficit el gobierno contará con recursos equivalentes al 17.8% del PIB; inferior a la presión tributaria promedio en la región.
Para el próximo año las aplicaciones financieras (amortización de la deuda, disminución de cuentas por pagar y activos financieros) van a demandar un monto de RD$126,676.1 millones, que sumado a los RD$86,999.1 millones del déficit presupuestario, apunta a necesidades financieras por un monto total de RD$213,678.2 millones, equivalente al 5.4% del PIB, mayor al presupuesto de educación.
Aun con estas limitaciones se aumentó el gasto social se priorizan el Plan Nacional de Reducción de la Pobreza Extrema y Promoción de la Inclusión Social “Quisqueya Digna” por un monto de RD$1,000 millones. El proyecto Domingo Savio con una asignación de RD$2,000 millones, el proyecto de Atención Integral a la Mujer con RD$1,140 millones, el proyecto de Recuperación de la Cobertura Vegetal en Cuencas con una inversión de RD$2,509 millones, el programa República Digital con una asignación de RD$7,000 millones, se aumenta a SENASA RD$450 millones para incrementar la afiliación de personas y se contemplan múltiples obras como la conclusión de la segunda línea del Metro de Santo Domingo, el Funicular, viviendas, vías y otras obras de infraestructura.
Es un presupuesto “apretado”, con muchas limitaciones, sin embargo los programas sociales siguen representando el mayor porcentaje del gasto con 47.6%, priorizando a la educación, la salud y la protección social.
Obviamente que es imposible seguir ejecutando presupuestos con una presión tributaria tan baja y con la tendencia de seguir aumentando el endeudamiento sin generar el superávit primario que garantice la reducción gradual de la relación deuda pública/PIB.
Tarde o temprano el gobierno de turno y esta sociedad deberán sentarse a discutir un pacto fiscal que garantice el aumento sostenible de la presión, con un sistema tributario más equitativo y menos regresivo y una ley de responsabilidad fiscal. La esperanza es que esa discusión se realice en este escenario de crecimiento con estabilidad y no con la premura de una crisis económica.

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