Imprenta e internet, las grandes eras de la historia

<STRONG>Imprenta e internet, las grandes eras de la historia</STRONG>

Con  la   invención  moderna de  la  imprenta, hacia  1450, se inicia lo que, a nuestro  juicio, constituye  una de las  dos grandes eras  de  la  historia.  La  otra   la conforman  la   internet  y las  redes  sociales. 

Ambas  han impactado e incidido de  manera profunda en la  transformación  de la  humanidad. En  el caso de la última, se halla en plena  expansión y son  inimaginables sus efectos  en  marcha.

Johannes  Gutenberg (Maguncia, Alemania,  hacia 1400,  y 3 de febrero,1468)  fue  el  inventor de la imprenta. Ya  antes  se  habían  conocido  fórmulas  de impresión  en  Roma (430 y 440 a. de  C.), China (1041-1048) y  Corea (1377).

Desde joven, Gutenberg laboró  como  orfebre; en  Estrasburgo  instaló  una  empresa de  grabados en madera,  en  la que  desarrolló la  técnica de la  litografía y escribiría  sus  primeros  textos. 

De regreso a  Maguncia, su  gran  proyecto  fue  imprimir  la  Biblia, lo que logró  en 1456,  luego de  enfrentar  muchas  dificultades. Se  editó  en dos  tomos de  324 y 319 páginas respectivamente. Se  hicieron  150 ejemplares, las  conocidas  Biblias  Gutenberg.

Se  trató de la  primera  revolución  cultural. Uno de  los inventos de  mayor  influencia. La  información  y  el  conocimiento se democratizaron: pasaron  a  ser mucho más que  instrumentos exclusivos de  monasterios, conventos  y universidades. 

No es casual que  Gutenberg haya sido  elegido  hombre  del  milenio, según  el  canal  A&E: Biografías. La  universidad  de su  pueblo, Maguncia,  lleva   su  nombre.

La imprenta se propagó  muy  pronto por  todo  el  mundo. En Venecia,  Italia, se  instaló  la  primera,  en 1469, y  hacia   1500  esa  ciudad  contaba  con  417 imprentas. Así como   después  de   Italia fue  el primer  reino  en   recibir el renacimiento,  en  Hungría   se  inauguró la  primera  imprenta  en 1472. 

A Inglaterra llegó en  1476. Arnaldo  de  Broca preparó  en  España, la   Biblia Políglota Complutense  en  seis  tomos, entre  1514  y  1517,  por  instrucciones del  cardenal  Cisneros. Una  vez concluida  la   conquista  española, llegó a  América. La  primera obra  impresa en la  Nueva  España (México) es  Escala  espiritual para  subir  al  Cielo de  San  Juan Clímaco,  en  1532.  Fue llevada  a Massachusetts, Estados  Unidos, en 1628, con lo que se  inició Cambridge  Press.

En 1817, el  liberal  español Francisco  Xavier  Mina dirigió  una expedición en  favor  de los  patriotas mexicanos que luchaban   por  su  independencia, y llevaron   a  México la primera  imprenta  de   acero en la que imprimieron sus  periódicos  y  proclamas.

Fue el  primer equipo  de   impresión  llegado al  estado de  Texas, entonces territorio  de   Nueva España (México). También se instalaron  imprentas  en Lima, Perú (1576), Cuenca, Ecuador (1626), La  Habana, Cuba (1723), Halifax, Cánada (1751) y Santo Domingo  (1800), entre  otros.

Este último es el año de la publicación del   impreso más  antiguo de  nuestro país: Novena, Para implorar  la  protección  de 

María  Santísima, por  medio de  su imagen de  Altagracia, en la  imprenta del ciudadano  francés  Andrés Josef Blocquerst, quien  había  sido compañero de  armas  del  Marqués  De Lafayette,  en  la guerra  de  independencia estadounidense  y héroe de la  batalla  de  Yorktown, en noviembre de  1781, enfrentamiento  decisivo  comandado por  George  Washington.

Así  como el Renacimiento  constituyó  una  ruptura con toda  la concepción  del   medioevo;  en  tanto salto  tecnológico e instrumento difusor a  escala  geométrica  de las nociones  y  visiones  que  durante  largo  tiempo se mantuvieron  ocultas o sólo  con  circulación en  espacios  limitados, la  invención  de la imprenta fue  la catapulta de los  nuevos  pensamientos y  acciones,  protagonizados especialmente por la  Reforma  protestante y la  Contrarreforma  católica.

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