Le llaman la “Tercera Revolución Industrial”, la revolución de las factorías caseras en las que los bienes se fabrican a la medida y en pequeña escala, desde la comodidad del hogar, haciendo uso de una tecnología relativamente nueva, cuyos costos se han abaratado drásticamente durante los últimos años. Es la impresión 3D.
¿Qué es la impresión 3D? La impresión en 3D es una tecnología de fabricación por adición en la que básicamente puedes obtener un objeto tridimensional a través de un diseño digital.
Roniel Guzmán, CEO de Hub MakerSpace, un espacio colaborativo que brinda servicios de impresión 3D, explica que un software se encarga de dividir el modelo en capas, que luego la impresora va creando hasta dar forma a nuestro modelo tridimensional, de posibilidades casi infinitas.
Las primeras impresoras de este tipo fueron desarrolladas en la década de los años 80 por 3D Systems y Stratasys, pero fue un grupo de jóvenes de MakerBot y FormLab con la visión de que las impresoras 3D fueran tan comunes como otro tipo de tecnologías, el que logró que los costos se abarataran drásticamente.
Hoy es posible que una impresora 3D, que tuvo un precio inicial de hasta 50 000 dólares, se encuentre en hasta 200 dólares (si bien, no con la misma calidad de impresión), fruto de las iniciativas de otros entusiastas de la tecnología.
Los tipos de impresora y material son variados. Algunas de las más usadas son las de tipo FDM que utiliza filamentos de material que un extrusor deposita sobre una superficie plana capa por capa.
Otro modelo tecnológico, es el SLA, en el cual se utiliza un láser que al entrar en contacto con un depósito de resina en estado líquido lo solidifica, también capa por capa.
También existen modelos de “código abierto” que permiten clonar las piezas de la impresora. La primera impresora de este tipo fue Reprap.
Una de las impresoras de Hub MakerSpace puede hacer piezas de dimensiones de hasta 37 cm de ancho por 27 de alto, además de que otras piezas más grandes pueden ser ensambladas.
Roniel explica que entre los distintos tipos de materiales, los más comunes son el ABS y el PLA, éste último su favorito, por ser un plástico biodegradable, hecho a base de almidón de maíz.
Entre las creaciones que saltan a la vista en su oficina se encuentra un stand vertical para laptop, un portalápices, un almacenador de memorias SD y hasta una máscara de “Iron Man”.
“Hay muchas aplicaciones del día a día que uno puede implementar con esta tecnología de impresión 3D”, apunta el joven empresario.
Ahora están trabajando mucho no solo con objetos personalizados o para el hogar, sino también a nivel industrial con el reemplazo de piezas cuyos modelos pueden conseguirse en internet, como es el caso de los drones.
Si está pensando que algún día esta tecnología podría incluso emplearse para fabricar una vivienda no está fantaseando: la empresa china Winsun New Materials ya lo ha hecho.
Y es mucho lo que se está desarrollando: desde invenciones de gran relevancia como prótesis y órganos humanos hasta simples carcasas para teléfonos celulares. La era de la impresión 3D está aquí.