Impuesto a la publicidad

Impuesto a la publicidad

Juan Masfield R.
Existe la intención de establecer un impuesto de 10% selectivo a la publicidad según la reforma fiscal recientemente entregada vía la Cámara de Diputados. Sobre esta propuesta es bueno recordar la pobre experiencia del 2001.

En el año 2001 se elaboró una proyección fiscal cuya raíz era la supuesta «venta» total de publicidad en el país de seis mil millones de pesos dominicanos anuales. En el momento las autoridades no entendieron o no se quiso entender que estos famosos seis mil millones de pesos dominicanos a duras penas llegaban a menos de la mitad al aplicar los descuentos por volumen, al eliminar la publicidad propia de cada medio, las campañas caritativas gratuitas y la publicidad política que es «estacional». Aparenta que se fueron simplemente a la auditoría de colocaciones correspondiente al año 2000, vieron el total y proyectaron ilusiones cuantitativas. Como resultado estimaron un monto de recaudación impositiva que jamás se logró. Es obvio que en aquella ocasión se actuó con precipitación. Se afectó a la industria, se creó desempleo y se redujo dramáticamente la base real.

Esta vez vale la pena reflexionar sobre los errores del pasado reciente. Pienso que los sectores a cargo de la reforma fiscal deberían hacer un esfuerzo para entender que la industria de las comunicaciones comerciales ha sido sumamente castigada en los últimos años. Basta ver las estadísticas para comprender lo que estamos planteando.

Hay que recordar siempre que los impuestos son armas de dos filos. Si se carga una industria débil con más impuestos lo que se logra es debilitarla más y reducir su base impositiva obteniéndose con esto resultados menores a los que se esperaban lograr. Sin dudas este efecto fue notorio en los años 2001, 2002 y 2003.

De hecho, debe entenderse que si la industria publicitaria vuelve a tener masa crítica, es seguro que se volverán a engrosar sus nóminas y que su recuperación contribuirá a dinamizar el comercio y la actividad económica como un todo.

La publicidad es una actividad multiplicadora. Los economistas a cargo de este proyecto fiscal saben perfectamente bien que primero hay que multiplicarse para luego poder acelerar. Con nuevos impuestos no solo desaparecen las posibilidades del multiplicador y del acelerador sino que se lleva a la industria a una mayor contracción que la sufrida en los últimos años. vendrá más desempleo, más cierres de agencias y medios y mayor incertidumbre. Nada de esto conviene al país.

Me permito concluir con las recientes declaraciones del distinguido economista Frederick Emam-Zadé quien dijo que, «el nuevo paquetón de impuestos, en todas las versiones presentadas, se asemeja y supera el nefasto paquetazo del 2001 y a su posterior paquetico, en que son parches mal pegados para mantener una política de gastos y de endeudamiento insostenible.

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