Impugnaciones y advertencias

Impugnaciones y advertencias

Porque así lo dispuso la mayoría de los ciudadanos dominicanos que ejerció su derecho al voto en las recién celebradas elecciones congresuales y municipales, el presidente Leonel Fernández tiene todo el poder. Su Partido, el de la Liberación Dominicana (PLD), triunfó en 31 de las 32 provincias del país. Ahora, el mandatario y líder del partido morado tendrá el control de los nombramientos de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, de la Suprema Corte de Justicia, y del Tribunal de Garantías Constitucionales. También, lo tendrá en la designación de los miembros de la Cámara de Cuentas y de la Junta Central Electoral. Y, por mandato constitucional, continuará siendo el Jefe de la Administración Pública, de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional.

A pesar de ello, el mandatario triunfante debe de estar preocupado porque sabe que no es tarea fácil gobernar bien este país con toda la potestad de decidir en sus manos.

El último boletín de la Junta Central Electoral muestra que el partido oficial, sin tomar en cuenta los votos de los partidos que se le aliaron, obtuvo mayoría de votos en 19 provincias, mientras que el PRD obtuvo más votos en 11. Y por primera vez en la historia de su participación en elecciones, el partido del jacho prendío no tendrá ninguna representación senatorial.

A pesar de su derrota en los comicios del 16 de mayo próximo pasado, el Partido Revolucionario Dominicano alcanzó una cuantía de votos suficiente como para mantenerse como opción de poder. Pero, la alta cúpula de esa agrupación política permanece sumida en la fantasía. Resentidos y frustrados, sus principales dirigentes se torna obsesivos. Persisten en la ilusión quimérica de que fue un colosal fraude lo que impidió la victoria del PRD en las elecciones recién pasadas.

 Afirman que la causa de su derrota reside en el uso y abuso de los recursos públicos en beneficio del partido oficial. Y, en vez de admitir sus errores, pretenden, bajos medidas de fuerza, imponer sus criterios.

Antes de que el conteo de los votos finalizara, el ingeniero Miguel Vargas ya estaba demandando la anulación de las elecciones en 12 provincias del país, y sometiendo decenas de recursos de impugnación contra resoluciones emitidas por las juntas provinciales. Ahora, amenaza con lanzar a las calles a los militantes perredeístas, en el caso de que sus reclamos no sean atendidos. Esa manera de actuar de él y de algunos dirigentes perredeístas ha llamado la atención de dirigentes de la industria, el comercio y de las pequeñas empresas quienes les piden a los inconformes con los resultados de las últimas elecciones que encaminen sus reclamos por las vías institucionales. Y hasta el mismísimo Hipólito Mejía manifestó su desacuerdo con la amenaza proferida por el presidente del PRD calificándola como “un desenfreno emotivo” Afortunadamente, además de don Hipólito, otros dirigentes del PRD ya comienzan a dar muestras de retorcidos atisbos de racionalidad.

¿Podrá el ingeniero Miguel Vargas mantenerse en el puesto de presidente del Partido Revolucionario Dominicano, a pesar de la aplastante derrota sufrida por esa agrupación política en las recién celebradas elecciones congresuales y municipales? ¿Volverá Miguel Vargas a ser candidato a la presidencia de la República por esa combativa agrupación política en las elecciones de mayo del 2012? Nos permitimos dudarlo.

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