Impulso de la economía con baja demanda

Impulso de la economía con baja demanda

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Indudablemente que las autoridades económicas de la Nación han optado por dolorosas medidas de reordenamiento de la economía y finanzas del país, cuando hábilmente han restringido el circulante de forma, que ya en el mes de diciembre, todavía el comercio se resiente de las bajas ventas, pese a que el peso se ha apreciado de manera notable al lograr descender la tasa por debajo del 30 por 1. Ya se ha ido logrando enfriar la rebeldía de algunos sectores empresariales que rehusaban transparentar el costo real del dinero con una prima en descenso.

Mantenían los precios de las mercancías elevadas similar a cuando la tasa de cambio estaba por encima del 50 por 1. Sin embargo, otros sectores empresariales han ido reflejando el descenso de la prima como ocurre con el cemento gris y las varillas de acero para la construcción, que han experimentado notables rebajas en sus precios pero sin provocar un boom constructivo.

Sin embargo, otros renglones comerciales, mantienen elevados sus precios, como es el caso de las medicinas, donde parece que hay una enorme resistencia a traspasar a los precios de comercialización de los fármacos para favorecer a los consumidores que protestan cotidianamente sin lograr estremecer a quienes especulan con las enfermedades donde los enfermos se ven compelidos a adquirir los medicamentos a que quieran los distribuidores y laboratorios, sin conmoverse frente a los reclamos nacionales.

No hay dudas que la economía ha entrado en un período de recuperación cuando en los primeros siete meses y medio del año se deslizaba por una pendiente peligrosa, que a todos nos hacía temer lo peor con una tasa que había superado el 50 por 1 y no había intenciones de frenarla, aún cuando se aspiraba, en cinco de aquellos meses, a una reelección impuesta por las ambiciones. Existía el conocimiento de que el PPH había ejecutado una desastrosa política financiera y económica y el haber cubeado al FMI en dos ocasiones, contando que eran los niños lindos de algunas autoridades extranjeras, pese a que ya se conocían muchos detalles de los actos de corrupción, que ahora asombrar a la ciudadanía y que los gobiernos extranjeros conocían pormenores de primera mano de los mismos.

La economía dominicana se encuentra en una momento del punto decisivo para su arranque. Y si las autoridades del gobierno saben otear las señales podrían lograr que la recuperación se consolide, al disfrutar de una tasa de cambio aceptable al momento actual, pese a las protestas de los hoteleros, que quieren hacer creer que ya están en la miseria y se están derrumbando sus instalaciones de playa, cuando se anuncian niveles de ocupación muy por encima del 85% para las próximas semanas y meses, aún con todo y la violencia que nos azota.

El país está demostrando, desde el pasado 17 de agosto que tiene motivos para creer en la recuperación. La llegada de un gobierno, que sin haber iniciado ningún plan definido de impacto para el desarrollo, ha estado transitando un sendero de confianza, ya que el gobierno anterior, al destrozar casi todo el aparato productivo de la nación, hizo que la diferencia fuera notable, por lo que se reflejó de inmediato en los deseos de trabajo de la ciudadanía.

El ver de como se van iniciando diversos proyectos de grandes inversiones como la nueva ciudad de Luperón, los hoteles de Macao y el inicio de la presa de Pinalito en Constanza con financiamiento brasileño, son hechos que siembran el optimismo que había desaparecido de los dominicanos, que no se resignó a su suerte de ver como los políticos sabían beneficiarse de los recursos del Estado y hundir en la miseria a un pueblo, y cuya única arma, es esperar cada cuatro años para demostrar su descontento a las autoridades que no saben reciprocar la confianza que les brinda la ciudadanía.

El país puede despegar. Es que tiene garras suficientes para lanzarse por un sendero de desarrollo junto a sus autoridades, siempre y cuando estas den muestras de coherencia en sus acciones. A veces dan señales de divergencia entre ellas; una dice una cosa, y al poco tiempo, surge otra opinión, provocando un daño masivo que se refleja en la desaceleración de la recuperación, y en lo que sería peor, en un alza de la tasa de cambio, que para la situación actual, se creía que se había estabilizado; sin embargo, vemos de como los precios de los combustibles se están elevando por meros objetivos fiscales de mayor recaudación, ya que los precios semanales internacionales no reflejan la verdad del mercado de compra local, que no se hace diariamente, es tan solo para favorecer al fisco en sus afanes recaudadores.

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