Inaceptable

Inaceptable

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
La sociedad se hace de la vista gorda ante quienes tienen el poder económico, militar, político, independientemente de la forma en que se haya adquirido. Un enciclopedista francés dijo que detrás de las fortunas hay una serie de violaciones al código penal.

Nuestro país es muy joven. Somos un buen laboratorio para estudiar el inicio, formación, desarrollo, continuación y consolidación del poder.

La política, por ejemplo, ha sido la mejor vía, la más usada, la preferida, para el ascenso en la escala social.

La guerra ocupa el siguiente lugar como forma para adquirir nombradía y bienes de fortuna, al amparo de privilegios y canonjías.

El comercio y la cercanía a líderes y dirigentes empresariales y eclesiásticos, ocupan un lugar importante en la acumulación originaria de capitales.

La observación de una conducta de borregos, la práctica de la adulación, rastrera, vil y obsequiosa, contribuye a la obtención de migajas de las que dejan los poderosos.

Independientemente de la manera en que se obtienen, repito, lo importante parece ser, en la vida, la cuantía de los bienes que se exhiben y que se tienen.

Ello explica y conforma, en buena parte, la formación de una parte del ser nacional.

Un grupo social tiene modelos, arquetipos, que ayudan a que los miembros traten de imitarlos.

Pero ¿qué ocurre cuando los arquetipos son hechos con madera carcomida, son ídolos de pies de barro?

¿Qué ocurre cuando se quiere confundir, y en muchos casos se logra, la gente decente, educada, trabajadora y se mezcla con modelos podridos?

¿En qué recóndita vuelta de la historia quedaron rezagados y se perdieron la puntualidad, la seriedad, la honradez, el respeto a los demás, el cumplimiento de la ley, la actuación permanente apegada a la moral?

¿Qué es la ética en el ejercicio profesional, en la relación con los demás, en la interacción con la autoridad?

¿Qué es la autoridad en un país donde lo importante son los teneres que posea una persona?

¿Hacia dónde va una sociedad en la cual se entiende, se dice y se acepta, muy pocas veces a regañadientes, que aquí no se aplica la ley a los ricos?

¿Qué se espera de una sociedad donde los grandes ladrones tienen la mejor defensa de abogados que conocen y emplean todos los tecnicismos legales y se introducen por los más estrechos vericuetos que tienen las leyes, por aquello de que “quien hizo la ley hizo la trampa”?

¿Qué espera una sociedad cuando quienes deben ser el equilibrio, por su condición de administradores de las leyes, siguen el patrón de conducta de la mayoría y quieren hacer, y muchos hacen, fortuna al aplicar la justicia?

La descomposición es tal que cuando una persona es designada en un alto puesto en el gobierno hasta muchos familiares se le acercan para felicitarlo porque “aprovecha ahora, que la oportunidad la pintan calva, con un solo pelo.y está engrasado”.

Si esa persona no engrosa sus bienes, si los tiene antes de llegar al gobierno, se le dice pendejo.

¡Mira éste, que tuvo su oportunidad y no la supo aprovechar!

Así, sin jueces probos, sin políticos honrados y con una sociedad que no da la espalda a los grandes ladrones, a los contrabandistas, a los evasores de impuestos, andamos perdidos.

Hay que enderezar el rumbo. Ahora. No hay tiempo que perder.

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