Ejercer el poder con engaños es tan malo como ejercerlo por la fuerza. Con esta última, no hay sorpresas y la gente sabe lo que hay y lo que viene. Pero con el engaño, usted vive en una total incertidumbre, sometido a la arbitrariedad de sus gobernantes y al abuso de poder, todo amparado en una democracia enmohecida, obtenida por un voto fraudulento.

Pero uno ya no sabe cuál de las dos cosas es mejor o peor: un Gobierno mentiroso, que no le importa la opinión de nadie o uno autoritario que no deja que nadie opine. Por eso el trujillismo se levanta como el ave fénix, se eleva a otras dimensiones y cada aniversario de su muerte, más voces resaltan sus virtudes. Eso realmente da pena y vergüenza.

Dos años se pasaron los funcionarios del Gobierno mintiéndole al país de que no habría otra reforma tributaria. El presidente lo reiteró hace 4 meses y Temístocles Montas lo dijo 100 veces, siendo la última vez hace apenas una semana. La Comisión Económica del PRD lo advirtió en más de 7 ruedas de prensa, pero nadie le hizo caso, comenzando por muchos medios de comunicación que ni publicaron esas advertencias. Y el paquetazo llegó de forma sorpresiva, sin que nadie imaginara sus dimensiones.

La justificación del paquetazo tributario enviada por el presidente Leonel Fernández al Congreso también está cargado de otra gran mentira. Decir que esos ingresos fiscales adicionales son para la satisfacer las demandas de un 4% del PIB para educación, es simplemente una irresponsabilidad mayúscula. Una burla. Con un déficit fiscal que supera los RD$20 mil millones al mes de abril y que se proyecta en más de RD$70 mil millones para todo año, ese dinero solo servirá para cerrar parcialmente esa brecha fiscal y seguir financiando el  despilfarro a que nos tienen acostumbrado la actual administración.

Pero aquí no termina todo. La mentira alcanza su grado máximo cuando el Presidente afirma que ese paquetazo representa RD$9.5 mil millones de pesos. Los cálculos preliminares, que se harán patentes gradualmente, muestran que el impacto de esas medidas aumentará los ingresos tributarios en unos RD$12 mil millones en el 2011 si se aplican a partir de julio y más de RD$20 mil millones el próximo año, a lo que hay que sumarle el aumento de un 8% de la tarifa eléctrica, efectivo este mes de junio, que generará RD$4 mil millones.

Eso le permitiría renovar el acuerdo con el FMI pero también seguir dilapidando el dinero público. Le permitiría nombrar más botellas en el tren administrativo y seguir gastando en viajes, combustible gratis, restaurantes, hoteles de lujo y toda clase de desmanes administrativos.

Además, esta ley le extrae más de RD$7 mil millones al sistema financiero, poniendo en riesgo su estabilidad y consolidación. También frenaría el sector de la construcción al pretender cobrar el gravamen del 1% a la vivienda suntuaria sobre la persona y no la propiedad. La retención del 5% a los suplidores de bienes y servicios al Estado, que ahora es de un 0.5%, implicará costos adicionales a las empresas que podrían superar los RD$2 mil millones.

En fin, es una ley mortal para la economía que recaerá sobre los contribuyentes ya que subirán las tasas de interés, aumentarán los precios de los bienes y servicios en general y hará más costosos los pagos de impuestos a la propiedad, entre otras cosas.

La única fuerza para impedir que esta ley pase, es la fuerza de la sociedad civil, siempre que esta se movilice en todos los frentes.