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GEORGETOWN (AFP).- La sesión inaugural de la XIX Cumbre del Grupo de Río comenzó oficialmente ayer en la noche en el Centro Cultural Nacional de Guyana, pero varios gobernantes latinoamericanos se ausentaron del encuentro, cuyas sesiones de trabajo se realizarán el sábado.
La sesión inaugural comenzó a las 19H51 locales (23H51 GMT), casi una hora después de lo programado debido a la llegada de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Entre los asistentes estaban el presidente de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, el presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, junto al primer ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, como representante de la Comunidad del Caribe (Caricom). Para más tarde este viernes y el sábado en la mañana se esperaba la llegada del presidente de República Dominicana, Leonel Fernández; del presidente de Honduras, Manuel Zelaya; y del de Panamá, Martin Torrijos.
La pobreza y la exclusión.-
En la jornada de ayer se reunieron los vicecancilleres y el ministro de Relaciones Exteriores de Guyana, Rudy Insanally.Los presidentes revisarán «las asimetrías entre nuestros países y la forma de superar los problemas de la pobreza y la exclusión», dijo Insanally.
«La fortaleza del Grupo de Río se basa en nuestra capacidad para ponernos de acuerdo. Necesitamos una línea política y la coordinación con otras instituciones relevantes de la región como la OEA (Organización de Estados Americanos)», dijo el canciller guyanés. A esta cumbre acude como invitado el secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, quien destacó la importancia del Grupo de Río como promotor de la democracia en América Latina. «El Grupo de Río nació con los primeros signos de resurrección de la democracia en los años 80. Primero como Grupo Contadora (Panamá, Venezuela, Colombia y Costa Rica) entre los cuatro países que buscaban intevenir en la crisis centroamericana con un punto de vista latinoamericano», refirió Insulza. «Hoy incluye a todos los países de América Latina más una representación del Caribe. Es un grupo de diálogo y encuentro político, dedicado a la búsqueda de acuerdos para profundizar la democracia y perfeccionarla», indicó. «Guyana ha logrado una gran proeza organizando esta reunión. En 2005 no hubo cumbre, la última fue la del 2004, la del 2006 es ésta, un poco atrasada, pero se está haciendo. Espero que antes de fin de año haya una nueva cumbre del Grupo de Río, le tocaría esta vez a República Dominicana, y que la cosa siga su marcha», resaltó. La anterior reunión del Grupo de Río, celebrada en Bariloche (Argentina) se realizó sólo a nivel de cancilleres. El Grupo de Río, que se ve solapado por los otros grupos de diálogo político como la propia OEA o las cumbres iberoamericanas, es la única instancia propiamente latinoamericana.
Sobre las dificultades que plantea la multiplicidad de grupos de diálogo político en la región, Insulza recomendó que se espacien las cumbres y se eleve más el papel de los cancilleres.
«La OEA sólo reúne a los jefes de Estado cada tres años», dijo como ejemplo, «y habría que darle mayor relevancia al papel de los cancilleres».
El canciller brasileño Celso Amorim dijo el miércoles sobre el futuro del grupo surgido en plena Guerra Fría: «Pienso que el Grupo de Rio está en un proceso de transición para encontrar su verdadera vocación».
«Tampoco puede ser un grupo para desarrollar acuerdos de cooperación, porque no tiene secretarías ni organización», prosiguió.
Pese a esas deficiencias, el G-Rio «tiene un valor especial», por ser «el único lugar» de encuentro exclusivo de los países latinoamericanos y crear una convergencia entre los varios procesos de integración», afirmó el brasileño.
El Grupo de Río surgió formalmente en 1986 en la reunión celebrada en Río de Janeiro que unificó el Grupo Contadora con el Grupo de Apoyo, entonces integrado por ocho países latinoamericanos que habían regresado al sistema democrático.
El grupo
Es el Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política de América Latina y el Caribe, creado el 18 de diciembre 1986, por la Declaración de Río de Janeiro, suscrita por Argentina, Brasil, Colombia, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela. Se realiza anualmente en alguna ciudad predefinida de América Latina en la cual se reúnen los Jefes de Estado y de Gobierno, y los Ministros de Relaciones Exteriores de los países integrantes. Las decisiones del Grupo son adoptados por medio del consenso entre sus integrantes.
