Fuertes vientos con ráfagas de hasta 80 km/h (50 mph) avivaron el miércoles decenas de incendios forestales de magnitudes catastróficas en una extensa zona de los estados de Washington y Oregon que rara vez experimentan una actividad tan intensa de conflagraciones debido al clima templado y húmedo del Pacífico noroeste de Estados Unidos.
La gobernadora de Oregon, Kate Brown, informó que cientos de residencias han sido destruidas.
Los bomberos pasaban apuros para contener y extinguir las llamas mientras las autoridades de algunos lugares les daban a los residentes apenas algunos minutos para evacuar sus casas. Los incendios atraparon a algunos bomberos y civiles en Oregon y destruyeron por completo una pequeña comunidad del este de Washington.
La devastación podría llegar a ser abrumadora, dijo Brown.
“Esta podría ser la mayor pérdida de vidas humanas y propiedades por incendios forestales en la historia de nuestro estado”, reconoció la gobernadora ante los reporteros.
Hasta la tarde del miércoles no se han confirmado fatalidades vinculadas con los incendios en la región, pero Brown dijo que algunas comunidades han quedado destruidas en gran medida y se han “perdido cientos de casas”.
Las escenas eran similares a los aterradores incendios forestales que se viven en California. Sin embargo, las autoridades en el Pacífico noroeste señalaron que no recuerdan haber enfrentado tantas conflagraciones al mismo tiempo en estas zonas. Las conflagraciones estallaron el lunes durante una tormenta de viento de finales de verano, que registró ráfagas de hasta 120 km/h (75 mph).
Agentes de policía del condado, equipados con sierras eléctricas en sus patrullas para cortar los árboles caídos que bloqueaban los caminos, evacuaron puerta por puerta a comunidades rurales ubicadas unos 64 kilómetros (40 millas) al sur de Portland. Desde el martes, se le ha pedido a unas 16.000 personas que abandonen sus hogares.